Tokio.- El subcampeón mundial del 2018, Iván Silva (90 kg) extendió hasta la regla de oro sus aspiraciones de avanzar en el judo olímpico, pero no pudo evitar caer por wazari en la primera presentación ante el turco Mihael Zgank, quien tenía como mayor palmarés la plata del orbe en el 2017.
El matancero comenzó el combate con un ritmo alto y aunque no concretó ningún ataque llevaba la iniciativa, sin embargo, todo cambió tras el impás para que el médico asistiera al europeo, aquejado de un golpe en el ojo y luego en su rostro. Fue un segundo aire para Zgank, quien intentó tres veces la técnica de sacrificio hasta que finalmente le resultó efectiva.
El match entre ellos marchaba parejo a una sonrisa por bando, pero Silva no pudo ganar ahora en el momento cumbre, ese para el que se había preparado con los títulos centrocaribeños y panamericanos. Para algunos la forma física en los minutos finales pareció pasarle factura.
“Me dominó la estrategia y logró el resultado final que es lo que vale. Sabia que iba a utilizar mucho esa técnica de sacrificio porque lo habíamos estudiado”, comentó el yumurino al pasar por la zona mixta del Nippon Budokan, una instalación en la que hasta el momento solo ha podido salir airosa en una ocasión Maylín del Toro (63 kg) antes de ceder en octavos de final, pues Magdiel Estrada (73 kg) cedió en su pelea de apertura.
“Me queda seguir trabajando y todavía tengo un objetivo a seguir que es una medalla olímpica”, reconoció Silva, quien evitó achacarle a las interrupciones de la preparación por la Covid-19 este desenlace, pues “el resto también tuvo esa parada”, dijo.
A Cuba aún le restan tres oportunidades en el judo con Kaliema Antomarchi (78 kg), bronce mundial del 2017, este jueves; mientras la campeón olímpica de Londres 2012, Idalis Ortiz (+78 kg) y Andy Granda (+100 kg) saldrán en la jornada conclusiva del viernes 30 de julio.