Tokío.- Ludia Montero no parece pesista. Solo los muslos la delatan un poco. Pareciera que todavía anda por la gimnasia, el primer deporte que practicó desde los cinco años en Río Cauto, Granma, hasta que un entrenador le propuso cambiarse para levantar moles redondas. Hoy vive feliz, es subcampeona mundial y este fin de semana rubricó la mejor actuación de una pesista cubana en Juegos Olímpicos al terminar sexta en los 49 kilogramos.
A partir de no tener la aprobación del Comité Organizador para asistir al Foro Internacional de esta ciudad, donde se celebra este deporte, la contactamos vía WhatsApp una vez terminado el Grupo A, pues ella lo hizo en el B, el cual lideró con 178 kg de biatlón.
“Este resultado no es sorpresa. Empecé a adaptarme a mi peso normal (en el mundial del 2019 bajé para competir en 45 kg) y cada día que pasaba me convencía más de que podía lograr un buen lugar, al menos estar entre las ocho. Y ya ves concluí sexta”, dijo la joven de 22 años, cumplidos el pasado 17 de abril.
“Por supuesto, este puesto compromete más las cosas para el próximo ciclo, donde intentaré superar mis marcas y las medallas obtenidas a nivel centroamericano, panamericano y mundial, así como acercarme más al podio en Juegos Olímpicos, comentó Ludia, quien dedicó el resultado a dos personas de cumpleaños en la familia: su sobrina el 24 de julio, y su padre, este domingo.
“Me sentí cómoda, aunque no pude superar mi marca personal de 178 kg. Desde abril, en Santo Domingo, no competía y en esa ocasión no lo hice hecho bien, por tanto ahora estoy feliz y con muchos deseos de regresar ya para contárselo a mi gente”.
Autodefinida como bailadora de cualquier música (salsa, merengue o regguetón), Ludia comparte habitación en la Villa Olímpica con otra granmense, la gimnasta Marcia Vidiaux, quien la estuvo apoyando todo momento, algo que le reciprocará este domingo cuando le toque el turno a ella en el caballo de salto.
“Queríamos caer juntas en Tokio. Somos muy amigas. Ella siempre me dio ánimos y escribía: tú puedes, tú puedes”, contó Ludia, quien aprovechó para agradecer públicamente a su entrenador Luis Ramon López, quien no pudo asistir a estos Juegos Olímpicos, pero “sin él no hubiera sido posible este resultado”.
La despido con una pregunta sobre el recibimiento que le gustaría le hicieran en Río Cauto. Su sencillez vuelve a lucirse. “Como ellos quieran y sin grandes gastos. Mi mamá Noraimis y mis hermanos Marcos y Omar saben lo que me gusta comer y hacer. Pero lo que más quiero es que se cuiden mucho. Ellos me pidieron eso y lo hice, por eso pude regalarle este sexto lugar olímpico”.
Y antes de cerrar la llamada escuché una música de fondo. ¿Será que empezó a bailar y festejar ya…?