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Superan el centenar los lugares que en La Habana estuvieron vinculados a las acciones del 26 de Julio de 1953, entre estos las viviendas de algunos de sus protagonistas, sitios de contacto o de reunión, de entrenamiento, de adquisición de armas y puntos de partida hacia el combate. La preparación de los asaltos se realizó en la capital, en las mismas narices de los esbirros del batistato. Aquí y en Pinar del Río se concentraba el grueso de la fuerza revolucionaria, con mayor presencia en La Habana, Marianao y Artemisa. Aparte de Renato Guitart, en Santiago de Cuba, la única célula del Movimiento en Oriente fue la de Palma Soriano.
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El Movimiento llegó a contar con alrededor de mil 500 hombres agrupados en unas 150 células. Por las limitaciones de armamento participaron en los asaltos a los cuarteles solamente hombres escogidos de 25 células. Una parte de ellos partió de La Habana hacia Santiago de Cuba en el tren central el viernes 24 de julio y otra se trasladó en autos. Fidel logró algo muy difícil: transportar a un centenar y medio de jóvenes de un extremo a otro del país, reunirlos, vestirlos y armarlos y pasar al ataque sin que las fuerzas represivas tuviera la menor sospecha de lo que se preparaba.
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Lugares donde se alojaron los combatientes
Escenarios de las acciones
El asalto al cuartel Moncada, expresó Fidel, no significó el triunfo de la Revolución en ese instante, pero señaló el camino y trazó un programa de liberación nacional que abriría a nuestra patria las puertas del socialismo.