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El cine cubano que viene

Son tiempos difíciles para la cultura toda, y el cine, que es casi por esencia arte de multitudes, ha sufrido especialmente el impacto de la pandemia. Pero varios directores cubanos no han dejado de trabajar, asumiendo los rigores de la contingencia sanitaria. Han garantizado los futuros estrenos de la cinematografía nacional.

 

 

Fernando Pérez, un clásico, debe presentar en el primer semestre del próximo año el filme Riquimbili o El mundo de Nelsito, que en este momento se encuentra en etapa de producción.

La película, producida por el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) en conjunto con la española Wanda Films, tiene como escenarios varias locaciones de La Habana: Alamar, Boyeros, Plaza de la Revolución, Habana del Este y 10 de Octubre.

Según el portal Cubacine, el punto de partida es un accidente automovilístico del que es víctima un adolescente que se ha fugado de su casa. El joven describe entonces desde su imaginación a los demás personajes de la historia, de forma tal que cuando vuelve a casa, será recibido por las criaturas que el espectador ya conoce, pero, ¿dónde están los límites entre la realidad y la ensoñación?

En el elenco confluyen importantes actores cubanos, como Isabel Santos, Laura de la Uz, Jacqueline Arenal, Carlos Enrique Almirante y Paula Alí, con jóvenes sin previa experiencia en el cine. Se trata de un filme coral, que coquetea con el humor negro.

Mucho humor negro también hay en Oscuros amores, la película que ya tiene casi lista Gerardo Chijona. La comedia siempre ha sido su ámbito por excelencia y en esta oportunidad cuenta tres historias amorosas que se entrelazan para concretar una farsa con todas las de la ley, que se desarrolla en una noche habanera.

El filme reunió a dos referentes indiscutibles del cine cubano, recientemente fallecidos, el realizador Juan Carlos Tabío (con una breve participación como actor) y el director de fotografía Raúl Pérez Ureta.

Por su parte Alejandro Gil trabaja en AM-PM, una producción que fue posible gracias al apoyo del Fondo de Fomento del Cine Cubano.

La película se aleja de los presupuestos de la anterior propuesta del realizador, Inocencia, pues se trata de una recreación más bien intimista en torno a la pareja contemporánea.

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