“La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”, sentenció José Martí. El ejemplo, consagración y espíritu revolucionario del General de Brigada (r) Marcelo Verdecia Perdomo perdurarán por siempre. Él será símbolo imperecedero de patriotismo.
Entre los múltiples reconocimientos y condecoraciones que recibió está el título honorífico de Héroe del Trabajo de la República de Cuba, entregado en la más reciente ceremonia efectuada en la capital del país. La estrella dorada la colocó en su pecho Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de la República.
Ese fue el motivo para que conversáramos telefónicamente hace solo uso días. El propósito era hacerle una entrevista. Pero estaba ingresado en un centro asistencial. Con optimismo me dijo que en cuando le dieran el alta nos comunicaríamos de inmediato para realizarla.
El General Verdecia, como casi todos le llamábamos, era atento, cordial y amable. Lo caracterizaba la humildad y el buen trato. Siempre estaba presto a la conversación y a transmitir sus ideas y experiencias, formadas al fragor del combate diario desde que con 16 años de edad se integró al Ejército Rebelde.
Contaba que mientras recogía café en las montañas de la actual provincia de Granma, en una zona conocida por Peladero de Guayabal de Nagua, escuchó rumores de que en la zona estaban los alzados. En la casa de Jacinto Peñate, un villaclareño dueño de una finca en la Sierra Maestra, donde él trabajaba, vio por vez primera al Comandante Fidel Castro el 24 de agosto del 1957. Y Juan Almeida Bosque le encargó que llevara un mensaje a Celia Sánchez. Le planteó al líder de la Revolución que quería incorporarse al Ejército Rebelde, pero no lo aceptó, porque era muy joven.
Dos meses después, en la casa del campesino Lucas Castillo, también colaborador del Ejército Rebelde, el joven Marcelo Verdecia volvió a encontrarse con Fidel. Conversó nuevamente su idea con Celia Sánchez. Finalmente reiteró su intención de acompañarlo, hasta que el Comandante en Jefe lo aceptó en las filas.
Ahí comenzó una historia que por su enorme trascendencia no cabe en estas líneas; es válida para un libro.
Fue escolta del Comandante en Jefe en la Sierra y después del triunfo el 1ro de Enero de 1959. Formó parte de la Caravana de la Libertad. En una entrevista afirmó que no pudo estudiar y que cuanto aprendió en la vida fue con Fidel, pues estar bajo sus órdenes fue su educación, toda la enseñanza que recibió y su universidad. Estuvo en la lucha contra bandidos y cumplió misión internacionalista en Etiopía.
Se asentó definitivamente en Cienfuegos, donde presidió desde su creación en 1993, la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC).
En la sede del Gobierno Provincial en Cienfuegos sus compañeros de combates y el pueblo le tributaron en las primeras horas de la mañana de hoy el honor merecido. Estuvo presente el General de Cuerpo de Ejército Joaquín Quinta Solas, viceministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
El General de Ejército Raúl Castro Ruz y Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de la República de Cuba, enviaron ofrendas florales.
Acerca del autor
Graduado de Profesor de Educación General en el Instituto Superior Pedagógico Félix Varela, de Villa Clara, Cuba (1979). Ha laborado en la Revista Juventud Técnica, semanario En Guardia, órgano del Ejército Central, periódicos Escambray, CINCO de Septiembre y Granma. Desde el año 2007 es corresponsal de Trabajadores en la provincia de Cienfuegos. Está especializado en temas económicos y agropecuarios. En 1999 acompañó en funciones periodísticas a la segunda Brigada Médica Cubana que llegó a Honduras después del paso del huracán Mitch. Publicó el libro Verdades sin puerto (Editorial cubana MECENAS). Ha estado en otras tres ocasiones en esa nación centroamericana, en funciones periodísticas, impartiendo conferencias a estudiantes universitarios, asesorando medios de comunicación e impartiendo cursos-talleres sobre actualización periodística a periodistas y comunicadores. Multipremiado en premios y concursos internacionales, nacionales y provinciales de Periodismo. Fue merecedor del Premio Provincial Periodístico Manuel Hurtado del Valle (Cienfuegos) por la Obra de la Vida – 2012. Le fue conferido el Sello de Laureado, otorgado por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura (SNTC). Mantiene evaluación profesional de Excepcional.