Hace unos días la buena noticia nos tomó por sopresa. Cuando el Valencia Basket anunció el fichaje del ala pívot cubano Jasiel Rivero por dos temporadas, a muchos les parecía increíble.
Rivero ya se había convertido en una de las figuras más queridas en el Hereda San Pablo Burgos. Allí dejó su huella, pero el camino al crecimiento requiere de este tipo de saltos.
«Fue algo inesperado, había muchos rumores de varios equipos que me querían; pero sin confirmación alguna, hasta que llegó el momento en el que mi agente me llamó y presentó la oferta del Valencia Basket. Entonces decidí firmar.
«No esperaba que el Valencia apostara por mí. Sin embargo, se dio y voy a defender la camiseta como siempre hago».
La llegada a los naranjas del ex técnico del Burgos, Joan Peñarroya, coach que estuvo al mando del cubano en tierras burgalesas, constituyó un factor fundamental para concretar el traspaso.
«El hecho de que el entrenador de un equipo te quiera tiene muchas ventajas, porque significa que confía en tu juego. Afortunadamente llegó mi antiguo director y me pidió, resultando un pilar importante en la oferta del Valencia».
¿Qué significa desde lo personal y lo deportivo este nuevo reto?
«Mucho en ambos aspectos. Es un paso más que doy en mi carrera profesional para seguir elevando el nivel deportivo. Llegar a defender estos colores y buscar un puesto como lo hice en el antiguo club es mi objetivo. En lo personal hay un desafío también, pues es todo nuevo: la ciudad, el hogar, la cancha… Pero nada, es cuestión de tiempo y vamos para adelante».
¿Qué extrañarás de Burgos?
«Burgos es más que una ciudad, allí creé una familia, buenos amigos. Lo extrañaré todo. La afición y el cariño de cada una de las personas de ese lugar se echarán mucho de menos.
«Me llevo un club que vino de abajo y logramos ganar muchas competiciones importantes. Obtuvimos dos Champions y una Copa Intercontinental. Igualmente me llevo los excelentes compañeros que tuve y un montón de recuerdos lindos del Coliseum, donde recibíamos el apoyo de todos los burgaleses».
Ahora se impone mirar hacia adelante. La mentalidad de Jasiel Rivero no se quiebra. Le gustan los retos. Algunos dicen que no tiene techo.
«El cielo es el límite. No me cansaré de intentar evolucionar y darlo todo. Quiero elevar el nivel y aprender más de la nueva competición europea en la que participaré. No voy a aflojar y trabajaré duro para ser cada día mejor».
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