Aun no habían transcurrido las primeras 24 horas de los disturbios que tuvieron lugar en La Habana el domingo 11 de julio, cuando la CTC recibió el sincero y firme respaldo de sindicalistas y amigos de distintas partes del mundo, entre ellos uruguayos quienes dejaron constancia de su profunda solidaridad y compromiso con el pueblo cubano.
La organización también levantó su voz para pedir que se respete la soberanía de todos los países, y que la comunidad internacional se pronuncie acerca de la política de sanciones estadounidense.
Mientras tanto, el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros denunció que “bloquear el acceso a la alimentación y medicamentos es una acción terrorista condenable desde todo punto de vista”.
Reconoció que Cuba vive hoy “momentos de abrumadora campaña mediática e intentos injerencistas de desestabilización”, con un pueblo asediado permanentemente. Por esas razones tiene el derecho fundamental de defenderse.
En estos días la mayoría ha expresado su apoyo al Gobierno y la Revolución; mientras que por otro lado aparecen los “voceros de la libertad” y los promotores de los “canales humanitarios”: “Entendemos como innegociable el derecho del pueblo cubano a decidir su destino sin injerencias ni bloqueos externos, respetando su soberanía”
El texto llamó “a todo aquel que defienda el derecho de los pueblos a decidir su destino a acompañar y apoyar al pueblo cubano que ha dado sobradas pruebas de solidaridad, lealtad y compromiso con su historia que es la nuestra”.
Asimismo, el Comité Uruguayo Antimperialista de Solidaridad con Cuba y los Pueblos del Mundo calificó el bloqueo de crimen de lessa humanidad pues, “lejos de ceder, se incrementó con la pandemia, han prohibido la entrada de un buque chino con insumos médicos para combatir la COVID-19, paralizaron la llegada de remesas familiares, y han obstaculizado la compra de ventiladores a empresas norteamericanas”, dice el documento.
Recordó que allí personal de salud cubano devolvió la visión a más de 100 mil uruguayos, construyó un banco de prótesis y contribuyó a erradicar el analfabetismo.
“La solidaridad cubana viene desde mucho antes, asegura el texto, de cuando en las décadas de los 70 y los 80, se refugiaron en la nación caribeña cientos de uruguayos perseguidos”, dice en referencia a los años de la dictadura uruguaya (1973-1985) que forzó al exilio a cerca de 380 mil personas, casi el 14 % de la población.