Por Doctor Miguel Rolando González Corona, Especialista en Ortopedia y Profesor Consultante en Medicina Física y Rehabilitación
El pene cumple dos funciones importantes en el hombre, pues sirve como canal de salida del semen y para la eliminación de la orina.
Una enfermedad descrita a mediados del siglo XVIII por el médico francés Francois Gigot de la Peyronie (también conocida como cavernitis fibrosa) hace que se desarrollen placas fibrosas rígidas en el eje del pene y puede afectar seriamente el desempeño sexual masculino.
Esta afección es fácilmente diagnosticada; existen múltiples procedimientos para tratarla, pero ninguno ha mostrado ser totalmente eficaz debido a que las causas son aún desconocidas.
La enfermedad de Peyronie afecta entre el 1% y el 3,7% de hombres entre los 40 y 70 años de edad, aunque se han notificado casos graves en otros más jóvenes.
Los investigadores creen que la frecuencia real puede ser mayor, mas no se reportan debido a que los pacientes no visitan al facultativo por la vergüenza que les causa.
Los síntomas más habituales por los que se acude a consulta, son:
- Dolor: Aparece en la fase inflamatoria de la enfermedad, generalmente de carácter leve, y solo durante la erección. Se refiere como sensación de tensión, dolor continuo durante la erección o pinchazos de intensidad variable en la zona indurada.
- Deformidad del pene en erección: Suele ser el principal motivo de consulta. Aunque no dificulta la penetración, en ocasiones es severa e impide la relación sexual.
- Impotencia sexual: Es difícil estimar la incidencia real de disfunción eréctil asociada a la enfermedad de Peyronie, porque muchos pacientes padecen de disfunción sexual psicógena o funcional secundaria a la deformidad y acortamiento del pene, que les impide la penetración.
Como causa orgánica, se ha relacionado con la existencia de una fuga venosa a nivel de la placa. También puede existir una insuficiencia arterial.
Tratamientos, ¿tópicos o invasivos?
Existen múltiples tratamientos desde el siglo XVIII hasta los más recientes como la inyección de medicamentos en la placa, la utilización del Láser de baja potencia combinado con ultrasonoforesis y otros con resultados reportados como buenos que, sin embargo, no son repetibles.
La cirugía se reserva para hombres con deformidades severas en el pene que les impide mantener una actividad sexual satisfactoria. Sin embargo, en la mayoría de los casos no se recomienda durante los primeros seis a 12 meses, hasta que la placa se haya estabilizado.
En el servicio de fisioterapia del Hospital Carlos J. Finlay, de la capital, se trataron 65 pacientes portadores de la enfermedad de Peyronie comprendidos entre las edades de 18 hasta 65 años, 60 de ellos sufrieron la enfermedad a partir de los tres meses de comenzar los síntomas principalmente dolor durante la erección y cinco pacientes con la enfermedad crónica desde ocho años atrás.
Las indicaciones fueron dirigidas a evitar el dolor y mejorar la incurvación del pene en el momento de la erección que impedía realizar el coito.
El período promedio total de tratamiento osciló entre dos y seis meses. Muchos pacientes necesitaron más tiempo para intentar destruir o disminuir el tamaño de la placa, y se había logrado la desaparición del dolor y la satisfacción de realizar el coito. Otros pacientes manifestaron incremento del apetito sexual.
En 60 pacientes (92,3 %) se logró la desaparición del dolor a las cuatro semanas, principalmente en los pacientes que comenzaron a sufrir de la enfermedad antes de los dos años, y adquirieron la capacidad total para realizar el coito. Lo más importante es que esta enfermedad tiene tratamiento y cura, por lo que debe atenderse por un especialista.
Aquí puede ver la publicación original del 7 de julio del 2008