Apenas unas horas han transcurrido desde que Bárbaro Luis Martínez bajó el brazo metálico del equipo que conduce para ponerle el hombro a la jeringuilla portadora de la primera dosis del candidato vacunal Abdala, intervención sanitaria que comenzó en esta provincia por el norteño municipio de Morón.
El obrero detuvo su labor en los hoteles en construcción en Cayo Paredón Grande, y fue al vacunatorio de la Empresa Constructora de Obras para el Turismo, en Cayo Coco.
Allí no titubeó ante el pinchazo, y comentó que “la Revolución tiene en cuenta a los constructores de la cayería. Si no nos vacunamos, podemos enfermarnos, contagiar a nuestros familiares y dejar de aportarle al país”, subrayó el consagrado gruero.
Y precisamente el modo de actuación de la familia decide hoy en la fase de transmisión comunitaria del SARS-CoV-2. Máxime que el nivel de contagio reta a la capacidad de respuesta del sistema de salud.
Por ejemplo, 817 y 257 personas que dieron positivo al test rápido, en los municipios de Ciego de Ávila y Morón, respectivamente, permanecían con síntomas en sus viviendas, a la espera de ser ingresadas.
En la actualidad, cuando se emprende una cruzada contra el virus desde el perfeccionamiento de la labor en la comunidad para intensificar la Atención Primaria de Salud, también quedan por ahí cabezones llamados coleros, bebedores y otros posibles propagadores de la epidemia.
“Estamos aburridos”, suelen comentar tales sujetos que, en pequeños grupos, celebran a pico de la misma botella en tiempos de un rebrote epidémico escalofriante.
En solo 30 días de junio pasado ocurrieron 2 mil 710 contagios, el 47 % del total de enfermos registrados desde el comienzo de la pandemia en el territorio avileño.
Tal vez una de las causas de tal comportamiento esté asociada a lo que se ha definido por la ciencia como fatiga pandémica, debido al agotamiento psicológico de 16 meses de contingencia sanitaria. De lo que sí estamos convencidos es que a los irresponsables se les va cerrando el cerco, pero aún hace falta poner mano dura en no pocos lugares.
Ahora tres frentes de batalla están abiertos. El primero para gestionar el funcionamiento del sistema sanitario de manera eficiente, el que cuenta con la fortaleza de haberse incorporado hace unos días al laboratorio de biología molecular de la Ciudad del Gallo el método de diagnóstico nombrado test de antígeno, de la tecnología del sistema ultramicroanalítico.
El segundo está encaminado a restringir más la movilidad de personas y vehículos. Mientras el tercero prevé avanzar en el programa de inmunización, mediante el cual más de 18 mil moronenses han sido vacunados en la intervención sanitaria que continúa en 62 centros acondicionados para dicho fin, de estos, tres en el destino turístico Jardines del Rey.
Cuando se trabaja para iniciar en la presente semana la inmunización a la población del municipio de Ciego de Ávila, y se realizan los preparativos para el alistamiento de los vacunatorios en los otros ocho municipios avileños, no basta ponerle el hombro al ansiado pinchazo, hay que meterle con todo y de cuerpo entero al desafiante rebrote del coronavirus.