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Poner el hombro no basta

Apenas unas horas han transcurrido desde que Bárbaro Luis Martínez bajó el brazo metálico del equipo que conduce para ponerle el hombro a la jeringuilla portadora de la primera dosis del candidato va­cunal Abdala, intervención sa­nitaria que comenzó en esta pro­vincia por el norteño municipio de Morón.

Foto: José Luis Martínez Alejo

El obrero detuvo su labor en los hoteles en construcción en Cayo Paredón Grande, y fue al vacuna­torio de la Empresa Constructora de Obras para el Turismo, en Cayo Coco.

Allí no titubeó ante el pincha­zo, y comentó que “la Revolución tiene en cuenta a los constructores de la cayería. Si no nos vacuna­mos, podemos enfermarnos, con­tagiar a nuestros familiares y de­jar de aportarle al país”, subrayó el consagrado gruero.

Y precisamente el modo de ac­tuación de la familia decide hoy en la fase de transmisión comunitaria del SARS-CoV-2. Máxime que el nivel de contagio reta a la capa­cidad de respuesta del sistema de salud.

Por ejemplo, 817 y 257 per­sonas que dieron positivo al test rápido, en los municipios de Cie­go de Ávila y Morón, respectiva­mente, permanecían con sínto­mas en sus viviendas, a la espera de ser ingresadas.

En la actualidad, cuando se emprende una cruzada contra el virus desde el perfeccionamiento de la labor en la comunidad para intensificar la Atención Primaria de Salud, también quedan por ahí cabezones llamados coleros, bebe­dores y otros posibles propagado­res de la epidemia.

“Estamos aburridos”, suelen comentar tales sujetos que, en pe­queños grupos, celebran a pico de la misma botella en tiempos de un rebrote epidémico escalofriante.

En solo 30 días de junio pasa­do ocurrieron 2 mil 710 contagios, el 47 % del total de enfermos re­gistrados desde el comienzo de la pandemia en el territorio avileño.

Tal vez una de las causas de tal comportamiento esté asociada a lo que se ha definido por la ciencia como fatiga pandémica, debido al agotamiento psicológico de 16 me­ses de contingencia sanitaria. De lo que sí estamos convencidos es que a los irresponsables se les va cerrando el cerco, pero aún hace falta poner mano dura en no pocos lugares.

Ahora tres frentes de batalla están abiertos. El primero para gestionar el funcionamiento del sistema sanitario de manera efi­ciente, el que cuenta con la forta­leza de haberse incorporado hace unos días al laboratorio de bio­logía molecular de la Ciudad del Gallo el método de diagnóstico nombrado test de antígeno, de la tecnología del sistema ultrami­croanalítico.

El segundo está encaminado a restringir más la movilidad de per­sonas y vehículos. Mientras el ter­cero prevé avanzar en el programa de inmunización, mediante el cual más de 18 mil moronenses han sido vacunados en la intervención sa­nitaria que continúa en 62 centros acondicionados para dicho fin, de estos, tres en el destino turístico Jardines del Rey.

Cuando se trabaja para iniciar en la presente semana la inmuni­zación a la población del municipio de Ciego de Ávila, y se realizan los preparativos para el alistamien­to de los vacunatorios en los otros ocho municipios avileños, no basta ponerle el hombro al ansiado pin­chazo, hay que meterle con todo y de cuerpo entero al desafiante re­brote del coronavirus.

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