«¡Vacuna en el brazo, comida en el plato!» se ha convertido, más que en un reclamo, en una urgencia en Brasil, donde las manifestaciones en prácticamente todos los escenarios posibles, se multiplican cada semana, abarcando solo en las calles más de 340 ciudades de ese país.
En las redes sociales, junto a la etiqueta posicionada ya hace más de un año de #ForaBolsonaro, personas de todas las edades, sexos, orígenes étnicos y religiosos parecen articularse como un solo movimiento que rechaza, condena, exige, el derecho de los hijos del gigante suramericano a mejores condiciones de vida, empezando por la alimentación y el acceso a la salud, sobre todo en momentos en que apenas el 11 por ciento de la población ha podido inmunizarse con alguna de las vacunas anti Covid-19.
En las protestas -cuyos participantes afirman que continuarán sin cansancio el tiempo que sea necesario- se exige ya la intervención de organismos internacionales y cortes de Justicia que condenen al mandatario, lo cual se sumaría a los procesos de impeachment invocados, toda vez que se le acusa de un sinnúmero de hechos violatorios de derechos humanos y sobre todo, de retrasar intencionadamente la vacunación masiva para frenar en cierta medida los efectos de la pandemia.