A la preparación para enfrentar una agresión militar se sumó el alistamiento contra desastres, incluidos los naturales, con el punto culminante en 1986 con la creación del «Ejercicio Popular de las acciones en Caso de Desastres Meteoro», que se sintetiza en El Meteoro, seguido del año.
Por cierto, los trabajadores son protagónicos al acondicionar los centros laborales en esta experiencia cubana que además de enfrentar ciclones tropicales e intensas lluvias, también toma en cuenta otros peligros.
Se trata de un adiestramiento que incluye una fase de recuperación y se aprovecha la ocasión para, además del aprendizaje, crear condiciones para minimizar los daños y adecuar los planes a nuevas situaciones.
Por eso, muy acertado el post de Francisco Rodríguez que dice:
Y con este simulacro de Elsa damos por cumplido el ejercicio Meteoro 2021…
Efectivamente, Paco, cumplido y aprobado con la máxima puntuación, pues hubo contundente demostración de que el país está preparado para enfrentar desastres de todo tipo, en este caso: sanitario con la COVID-19 y natural ante la trayectoria de la tormenta tropical Elsa, que no tuvo un ambiente favorable para desarrollar un poder destructor.
Por la confianza que da el dominio de los procedimientos, los cubanos hacen de las suyas con frases jocosas como esta que alude a la victoria sobre la brigada mercenaria 2506 derrotada en apenas 72 horas en Playa Girón:
Si Elsa entró por Girón su derrota es segura…
Tampoco ha faltado el uso de recursos literarios como la prosopopeya, que se define como:
Figura retórica de pensamiento que consiste en atribuir a los seres inanimados o abstractos características y cualidades propias de los seres animados; o a los seres irracionales, actitudes propias de los seres racionales, o en hacer hablar a personas muertas o ausentes.
Ante el comportamiento de la tormenta entre tantas condiciones que no le permitieron desarrollarse, la meteoróloga Aylín Jústiz hizo uso de una prosopopeya al decir:
Hay algo importante (…) por qué Elsa se ha quedado en ese entorno casi 12 horas (…) Ese descenso tan marcado de la velocidad de traslación dejó a la tormenta tropical en cierto estado… vamos a decirle, atormentada (…)
Sí, muy bien usó esa figura literaria al afirmar que la tormenta se atormentó.
En resumen: estos días pandémico que fueron más tensos por los preparativos anticiclónicos han sido equivalentes a un examen final de los tradicionales ejercicios Meteoro que cada año se desarrollan para entrenar, preparar y puntualizar tareas con vistas a reducir riesgos y vulnerabilidades ante fenómenos atmosféricos que ocurren desde junio hasta noviembre.
Sin dudas, la nota final ha sido la máxima puntuación por el comportamiento colectivo para esperar a Elsa, que pasó por el archipiélago para beneficiar el llenado de los embalses y poner a prueba la disposición combativa de un pueblo alerta y preparado.
Ahora, resta revisar lo que pudo haberse hecho mejor, y estar siempre listos para enfrentar lo peor, que si no sucede, mejor.
Por último, quedan invitados a conocer más de esta meteoróloga, excelente comunicadora que hace tan buen uso de la prosopopeya:
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Desde aquí, acceda a las guaguas pasadas
