Elsa, por dicha para los avileños, no fue de renombre como Kate, en 1985; Irma, en 2017, y otros devastadores huracanes.
La primera tormenta tropical de la presente temporada ciclónica fue benéfica para los suelos fértiles de la llanura de riqueza agropecuaria que es la provincia de Ciego de Ávila, enclavada en el centro de Cuba.
Elsita, como pudiera llamarle Chichi, le permitió a este sindicalista moverse sin fuertes vientos por las carreteras, desde su terruño de Morón hasta la capital avileña, con vistas a recibir las orientaciones en el Consejo de Defensa Provincial y transmitirlas a los representantes de los trabajadores en los respectivos Sindicatos.
Sin embargo, el nuevo evento meteorológico no fue tan noble como pareció. Más bien resultó inoportuno en su breve visita a uno de los territorios más afectados por la COVID-19.
Aunque, como en la música, que hay que tener oído fino, también en la labor sindical se requiere buen tacto para no desafinar con el mejor de los instrumentos que es la prevención. «Nos preparamos para un evento meteorológico grande porque nada puede parecernos pequeño en nuestra acción para erradicar vulnerabilidades y riesgos», expresó Héctor Benítez Mora, secretario general del Comité Provincial de la Central de Trabajadores de Cuba en Ciego de Ávila.
«Lo primero fue proteger las vidas humanas, por lo que al pasar la provincia a la normalidad, regresaron a sus hogares sin ninguna dificultad 11 mil 400 personas que se encontraban en centros de evacuación y 17 mil 503 en casas de familiares y amigos.
«Prioridad máxima tuvieron también los recursos de la economía. Por ejemplo, en la agricultura se protegieron maquinarias, sistemas de riego de agua y casas de cultivo. Mientras, resultaron trasladadas a zonas altas más de 16 mil animales del ganado mayor.
«En el campo acopiaron maíz, plátanos, ajíes cachucha y pimiento para la venta a la población y la entrega a centros de Salud. En tanto, se protegieron unas 28 mil 490 toneladas de azúcar en los almacenes de las industrias.
«Realmente, esperábamos más agua, pues la mayor cantidad correspondiente de 76 milímetros, fue registrada por el puvliometro, en el poblado de Limones Palmero, del municipio de Majagua».
Por eso, Benitez Mora consideró que Elsa no empapó el suelo avileño para que las presas y los acuíferos quedaron satisfechos, sí reconoció que la tormenta tropical contribuyó a otro ejercicio de gran laboriosidad para entrenar las fuerzas y enfrentar, si es necesario, fenómenos naturales de gran envergadura porque es muy joven la actual temporada ciclónica.