La adopción de medidas y la realización de acciones para reducir al mínimo el impacto de las lluvias y los vientos asociados a Elsa son ahora mismo la prioridad en la provincia de Santiago de Cuba, que en medio de ese intenso quehacer enfrenta las secuelas del rebrote de la COVID-19.
Teniendo en cuenta esta conjunción de factores se cumplen con rigor las cuestiones establecidas para frenar la pandemia, en lo fundamental la desinfección de manos y superficies, el distanciamiento físico y la reducción de la movilidad.
A nivel comunitario, con el liderazgo de los 126 consejos de defensa de zona (activados como parte de la fase de Alerta Ciclónica) se intercambia con la población, especialmente con aquellas que por las condiciones de sus viviendas, o el peligro del sitio donde viven, deben trasladarse a lugares seguros.
Aquellos que deben protegerse en casas de familiares o vecinos, incluso en instituciones estatales acondicionadas para tales fines, reciben orientaciones precisas para que, ante todo, se preserve la vida, que incluye en este caso el autocuidado de salud frente a la pandemia.
En la medida que avanzan las horas del día, y a la espera del impacto de Elsa, en la madrugada del domingo, se puntualizan a nivel de los consejos de defensa municipales y el provincial, cuestiones que tributan a garantizar servicios básicos.
Entre ellos figuran la cobertura de harina en las panaderías, las producciones de surtidos alimenticios, la disponibilidad técnica y de combustible de los grupos electrógenos de emergencia y del transporte sanitario, además de otras cuestiones.
Igual se da seguimiento a los aseguramientos necesarios para que los hospitales, centros de aislamientos, hogares maternos y de ancianos, entre otros, garanticen su vitalidad.
El telecentro Tele Turquino y las emisoras de radio mantienen informada a la población ante el riesgo que implica el paso de Elsa por el territorio cubano.