Seguramente muchas personas recordarán aquella saga de filmes de terror de finales de los años 90 que lo más original que tenían era el título, algo así como Sé lo que hicieron el verano pasado…
Pero no es de películas de miedo que quiero hoy comentar, sino de realidades a las que hoy podríamos poner un nombre parecido, e incluso hasta con su poquito de temor: Sé lo que no hicimos el verano pasado… ni tampoco lo haremos este.
Porque por segundo año consecutivo julio y agosto no serán ese periodo vacacional ideal al cual estábamos acostumbrados, sino una etapa que supondrá retos trascendentes en medio del enfrentamiento continuado a la pandemia de Covid-19.
Ahora mismo, inicia este periodo con una situación epidemiológica muy desfavorable, donde por primera vez el país tiene que decretar la fase de trasmisión comunitaria de la temible enfermedad, un terreno totalmente inexplorado que exige medidas de control mucho más rigurosas incluso que las vividas el pasado año en igual época veraniega.
Es cierto que esta vez llegamos a los dos tradicionales meses de asueto también con esperanzas que no teníamos tan cercanas el anterior verano. La amplia labor de vacunación mediante ensayos de intervención en varios territorios del país, y la perspectiva de que muy pronto se autorice el empleo masivo de emergencia con Abdala y Soberana 02, harán de julio y agosto un momento crucial para el trabajo de autoridades locales, el sistema de salud pública y no pocas entidades involucradas en ese proceso clave.
No podemos descartar otras dificultades como las que podría ocasionar la temporada ciclónica, en este mismo instante ante la expectativa de posibles afectaciones para el próximo fin e inicio de semana.
De modo que para la ciudadanía no será un verano apacible, y sí con muchas exigencias de disciplina y responsabilidad colectiva. Habrá que renunciar otra vez a algunas de nuestras costumbres estivales, y llamarnos a capítulo para entender que vale más dos años sin ir a la playa, que perder la vida en el intento.
Esfuerzos fundamentales corresponderá a medios como la televisión, y otras posibles opciones que a través de las tecnologías de la comunicación, puedan reforzar la recreación y el disfrute, en combinación con el aprendizaje y la cultura, para desde la intimidad de los hogares poder mantener lo más posible el aislamiento de infantes, jóvenes y adultos.
En la medida de las posibilidades, cada territorio debe agotar todas las iniciativas posibles en función de la producción y distribución de alimentos, la gastronomía a domicilio u otras vías que suplan las formas tradicionales de ofertas de servicios.
Las políticas de ahorro energético también tendrán que aplicarse con el mayor rigor, sobre todo en el sector estatal, para continuar con la prioridad del servicio al sector residencial, en medio también de afectaciones recientes por averías imprevistas en varias unidades generadoras.
Aunque parezca que todo se combina, y no precisamente para bien, en este inminente periodo estival, es preciso asumirlo con la mayor serenidad y organización, para demostrar que podemos y tenemos que llegar al final, y bien, de esta película que en algo se asemeja por el título a aquella vieja saga de los 90.
Solo que ahora la variante de título que les propongo, nos llama más a prevenir y concentrarnos en lo esencial: Sé lo que no hiciste el verano pasado, ni tampoco será bueno que lo hagas en este.
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