Mientras la COVID-19 suma víctimas a nivel mundial y obliga a cerrar servicios y posponer actividades de todo tipo, un pequeño colectivo de la provincia de Holguín no se detiene ni por un minuto en su empeño de hacer germinar vidas y llenar de esperanza a parejas de toda la región oriental cubana.
Se trata del Centro Regional de Reproducción Asistida de Holguín, perteneciente al Hospital Provincial Vladimir Ilich Lenin, en el cual se cumple con amor y responsabilidad el objetivo que se trazó el país desde el 2007 al diseñarse el Programa de Atención a la Pareja Infértil, que funciona en los tres niveles de atención del sistema de salud cubano: primario, secundario y terciario.
Al decir del doctor Eloy Verdecia Silva, jefe del centro holguinero de alta complejidad, a pesar de lo joven que es en Cuba el programa de atención a la pareja infértil, “ha evolucionando de forma muy rápida, aún con lo costoso que es. Se tiene muy claro la importancia de mejorar el problema del envejecimiento poblacional y revertir el reemplazo poblacional negativo que estamos teniendo”.
El conocimiento de esa realidad, más la profesionalidad con que trabaja el colectivo holguinero, integrado por especialistas en ginecología, microbiología, urología, endocrinología y psicología, además de enfermeras y licenciadas de laboratorio y otros trabajadores de valía, permiten sumar resultados que se traducen en felicidad para muchas familias de la región oriental.
Los logros pueden evidenciarse en los embarazos obtenidos a través de Fertilización in Vitro (FIV), proceder que se realiza en el territorio desde el 2014. Verdecia Silva, especialista de Segundo Grado en ginecología y Obstetricia y máster en Atención Integral a la Mujer, expone que a través de esa técnica de alta complejidad se obtuvo el primer embarazo en el año 2015, período en el que se lograron en total siete embarazos.
Resalta que “en el año en que más ciclos de fertilización in vitro se hicieron fue en el 2018, donde se lograron 70 embarazos, luego 61 en el 2019 (se hicieron menos casos) y en el 2020 solo 27, a raíz de la COVID-19”. Al respecto subraya que los resultados se han mejorado sobre todo en materia de positividad (tasa), que mide el por ciento de embarazos por cada cien ciclos, que en el caso del pasado año fue de un 37 por ciento en la alta complejidad.
En el actual contexto sanitario, marcado por la propagación de la COVID-19, para tributar a ese proceder de la mejor manera, se le realizan estudios de PCR a todos los casos que van a someterse a las técnicas de alta complejidad. Además de que el personal de allí porta sobrebatas negras, caretas y nasobucos para protegerse del SARS-CoV-2.
En cuanto a los embarazos obtenidos mediante técnicas de baja complejidad, expone que “han ido incrementándose muchísimo desde el 2010, cuando recuerdo que se lograron 11 embarazos, mientras que en el 2020 lo cerramos con 293 embarazos”.
Luego de señalar que los pasos iniciáticos en el tratamiento de parejas con problemas de infertilidad se remontan en Holguín a un poco antes del 2007, cuando apenas se contaba con los recursos necesarios para estos menesteres, Verdecia Silva destaca que en los últimos años se han venido incorporando procedimientos nuevos. “En la alta complejidad nosotros hacemos ya desde 2017 la ovodonación, proceder muy bien tolerado de manera general en la población cubana, tanto por las que va a recibir los ovocitos, como por las donantes”, afirma.
“Nos quedan cosas por hacer. Estamos dando los primeros pasos en la vitrificación de embriones. Estamos haciendo ensayos con vista a tener disposición de este proceder cuanto antes”, puntualiza.
Mientras se concretan esas aspiraciones, el colectivo se afana en sumar experiencia y mejorar cada día sus resultados, sobre todo en la FIV, sobre la cual Eloy Verdecia comenta que básicamente surgió “para las pacientes que tienen una causa tubárica de infertilidad (la primera indicación y la más frecuente). Es decir, que le falten las trompas, porque se ligaron o tuvieron embarazos ectópicos o hidrosalpinx y hubo que quitárselas, o las tengan dañadas u obstruidas”.
También expone que se aplica en aquellos casos en que la mujer se haya sometido a múltiples intentos de inseminación artificial sin lograr el embarazo. Igualmente afirma que puede existir también un factor masculino, cuando el espermograma no arroja buenos resultados y se requiere pasar a la FIV.
El relevante doctor holguinero repara en la importancia de que las personas comprendan que poco a poco estos servicios en el país van a mejorar sus resultados. “Esto lleva una curva de aprendizaje, se va adquiriendo experiencia con los años”, dice, y manifiesta que es imprescindible la tecnología y los recursos médicos, aspecto en el cual han recibido apoyo desde el Gobierno Provincial.
Como garantía para el desarrollo futuro del centro holguinero y del tratamiento en general de la infertilidad en la provincia de Holguín, hay que considerar el hecho de que en el programa de estudios de los estudiantes de medicina se está incorporado el tema de la infertilidad, que antes se abordaba de forma muy superficial, al decir de Eloy Verdecia.
Asimismo, el galeno destaca la importancia de haberse creado, en 2019, la cátedra de Medicina Reproductiva y Embriología, con el objetivo de sumar alumnos de pregrado para que se interese por el tema.
Así, a pesar de muchas adversidades sanitarias y económicas, el Centro Regional de Reproducción Asistida de Holguín afianza su experiencia y procura transitar por los mejores caminos, que para sus pacientes son, sin dudas, las sendas de la esperanza.