Bajo la premisa de que el maestro es el alma de la escuela, la formación pedagógica constituye una prioridad para el Gobierno y el Estado cubanos. No hay medio alternativo que sustituya la función de quienes cada día convierten las aulas en verdaderos espacios educativos. Sin embargo, esta y otras enseñanzas no escapan a las afectaciones que provoca el genocida bloqueo impuesto por el Gobierno de Estados Unidos.
Las 29 escuelas pedagógicas y 16 centros destinados a la formación de profesores para la enseñanza técnica y profesional son ejemplos a la mano. Yaritza Creach Martínez, directora de Formación del Personal Docente en el Ministerio de Educación, precisó que resultan muy limitados los materiales didácticos de cada una de las especialidades, “lo cual dificulta el desarrollo de las habilidades profesionales pedagógicas de los estudiantes”.
Subrayó los problemas con la base material de estudio de la educación plástica y musical, como plastilinas, acuarelas, temperas, crayolas, instrumentos de trazado para las Matemáticas y los pinceles, fundamentalmente para las especialidades que comprende la Educación Infantil (Primera Infancia, maestros de la Educación Primaria y Especial).
De igual manera hay limitaciones con los instrumentos musicales (guitarras, pianos) que requieren los alumnos que se preparan como maestros y profesores de la educación artística. También se afectan, por este concepto, las educadoras de la Primera Infancia, quienes deben realizar actividades de adiestramiento musical.
Creach señaló que en muchos territorios los tabloncillos para la enseñanza artística no están en óptimas condiciones, no obstante el esfuerzo que hace el país por mejorarlos. Asimismo hay déficit de bibliografía, sobre todo en la enseñanza de la Lengua Inglesa (tanto en la especialidad de maestros primarios como para los profesores de secundaria básica), además de la imposibilidad de imprimir determinados textos de formación pedagógica que en la actualidad se encuentran en proceso de edición, pero por la necesidad de papel no se han podido terminar.
Aunque las escuelas pedagógicas cubanas cuentan con los laboratorios de idiomas, no existen piezas de repuesto para el equipamiento en casos de roturas. Tampoco se dispone de todos los reactivos que emplean los laboratorios de Química.
Se presentan contrariedades con los implementos para los laboratorios de Biología y Física, los mapas útiles en las asignaturas de Historia y Geografía, y los módulos para la enseñanza de las Ciencias Naturales.
Ante tantas carencias y restricciones, la directiva resaltó, en primer lugar, el esfuerzo de los educadores y las iniciativas que a diario ponen en práctica docentes y estudiantes. Destacó la creación de medios didácticos alternativos, entre estos, juguetes de factura artesanal, con apoyo de las familias y los Consejos Populares.
Un duro rival en el deporte
El deporte de alto rendimiento, el Laboratorio Antidoping y empresas como Cubadeportes S. A. se han visto con limitaciones este año por las restricciones del bloqueo, que laceran el desarrollo y el correcto funcionamiento de las dinámicas de trabajo.
“Las vías bancarias para transferencias a Cuba continúan bloqueadas o sencillamente no existen. Igualmente la permanente exhortación al robo de talentos y firmas de contratos individuales disminuye la cifra de especialistas cubanos tramitados por Cubadeportes con la lógica económica desfavorable que eso supone en la gestión comercial”, explicó la licenciada Yadira González Ruiz, presidenta de Cubadeportes S. A.
Añadió que se encarecen los gastos para adquirir de primera mano los productos y tecnologías de punta necesarios para el deporte cubano, pues las gestiones deben realizarse a través de terceros países y en ocasiones el costo se incrementa en un 30 por ciento.
Con este escenario también chocan día a día en el Laboratorio Antidoping de La Habana, el cual ha mantenido su acreditación durante 18 años, a pesar de los daños del cerco. “El laboratorio presta sus servicios a más de 10 naciones, sin embargo, se ve muchas veces imposibilitado de poder cobrar los fondos por los servicios que brinda y de cumplir con pagos que se le deben hacer a diferentes organismos internacionales.
“Los insumos, los reactivos y muchos equipos son de procedencia estadounidense, por lo tanto se nos dificulta el acceso directo a ellos y eso se traduce en gastos de un 40 o 50 % por encima de lo que paga un laboratorio normal en el mundo. Tampoco podemos tener intercambio directo con instituciones de los Estados Unidos ni participar en eventos científicos en ese país, porque existen bastantes obstáculos en el otorgamiento de visas”, manifestó el director del Laboratorio, doctor Rodny Montes de Oca.
Por su parte el béisbol, desde las categorías inferiores hasta la Serie Nacional, ha sufrido la falta de materias primas para fabricar las pelotas. Esto incide directamente en la calidad de los eventos que se efectúan en la pirámide de esta disciplina y en el correcto desarrollo de los atletas, privados de implementos que favorezcan su evolución en edades tempranas.
Según puntualizó el tesorero de la Federación Cubana de Béisbol, Luis Daniel del Risco, ejemplos palpables de las desventajas del bloqueo en el pasatiempo nacional se reflejan en la imposibilidad de recibir el dinero de los contratos de jugadores insertados en Japón, México, Venezuela y Nicaragua, así como en las deserciones de talentos en estos últimos tiempos, consecuencia del acuerdo fallido con la MLB, roto en el 2019 por el Gobierno de Trump.
Difícil travesía para la contratación de nuestros marinos
La contratación de marinos cubanos en compañías navieras internacionales pasa por un sinnúmero de obstáculos como resultado de la acción unilateral y extraterritorial de las Administraciones estadounidenses contra Cuba.
Toda persona que sube a un buque con un contrato de trabajo es catalogada como Gente de Mar y considerada, por la Organización Marítima Internacional (OMI), trabajadores esenciales; sin embargo, Estados Unidos no respeta ese acuerdo con nosotros, que facilita el movimiento seguro y sin trabas para el embarque o desembarque de un buque, argumentó Rafael Peraza Santiago, director general de la empresa Selecmar.
Al ilustrar el contexto que afronta la entidad mencionó la prolongada demora de la entrega de visado —puede tardar entre 15 y 20 días— y excesiva solicitud de requisitos por parte de algunos países para tripulantes cubanos.
Para concertar convenios con navieras que operan en el océano Pacífico la vía de tránsito más factible desde nuestra área geográfica es el aeropuerto de Los Ángeles. La negación de visa por ese territorio impide a los marinos cubanos en viaje de ida cumplir sus contratos.
El asedio imperial prohíbe a importantes compañías de cruceros que surcan el Caribe con intereses norteamericanos introducir personal cubano a bordo, ya que esas embarcaciones tocan puertos estadounidenses y puertorriqueños.
De no existir el bloqueo —señaló el directivo— pudiéramos incrementar hasta 5 mil los trabajadores que esta empresa pudiera contratar a escala internacional en todas las especialidades que abarca. Entre marzo del 2019 y diciembre del 2020 Selecmar afrontó afectaciones por más de 11 millones 600 mil dólares.
¿Por qué no tenemos más y mejor Internet?
El principal impedimento para un mejor flujo de información y un más amplio acceso a Internet y a las TIC en general, por parte de nuestro pueblo, continúa siendo el bloqueo del Gobierno de los Estados Unidos, según autoridades de las Comunicaciones.
Wilfredo González Vidal, vice ministro primero de ese ministerio, aseguró que la política de agresión encarece la conectividad, prohíbe el acceso a determinadas plataformas y tecnologías, y utiliza el ciberespacio para intentar subvertir el sistema político del país.
En solo nueve meses, entre abril y diciembre del 2020, los daños económicos cuantificables como consecuencia del bloqueo ascendieron a 65 millones 493 mil 280 dólares, informó.
Añadió además que la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa) sigue siendo la entidad con mayores afectaciones, más del 98 % del total. Los mayores perjuicios (90 %) están dados por las limitaciones de suministros de tecnologías y equipamientos producidos bajo licencia o con componentes estadounidenses, lo que implica que haya que acudir a la compra en otros mercados, mucho más lejanos, explicó.
Cuba no puede adquirir artículos que contengan más del 10 % de componentes estadounidenses, medida efectiva desde octubre del 2019 e impuesta por el Departamento de Comercio de EE. UU.
Ello imposibilita el acceso a marcas y equipamientos de altas prestaciones, líderes en el mercado de las Telecomunicaciones y las TIC, que son distribuidas o cuentan con patentes de entidades norteamericanas, entre estos teléfonos fijos, móviles, antenas y sistemas informáticos, evaluó.
González Vidal ejemplificó con el caso de empresas como Emerson Electric (sistema de energía); WPT Western Pacific Telecommunications (herrajes de planta exterior) y Erico (sistemas de tierra), a cuyas tecnologías Cuba no puede acceder.
Las alternativas con empresas ubicadas geográficamente muy distantes de nuestro país repercuten en las inversiones de Etecsa, razonó, al impedir avanzar a un ritmo más rápido, con efectos directos sobre los usuarios de la empresa.
Otras afectaciones se vinculan con los ingresos por exportación de servicios, pues proveedores y clientes extranjeros temen a contratos con el país por la posibilidad de sanciones.
Ariadne Plasencia Castro, presidenta del Grupo Empresarial de la Informática y las Comunicaciones, añadió que eso perjudica también a los trabajadores no estatales que producen software y distintos servicios para exportar.
Al respecto citó tres contratos de exportación de programadores privados con Ecuador, Costa Rica y Canadá, a través de entidades estatales, que han tenido dificultades para concretar el pago a sus autores, como consecuencia del bloqueo.
Ailyn Febles Estrada, presidenta de la Unión de Informáticos de Cuba, enfatizó en las barreras de sus afiliados para trabajar en plataformas colaborativas internacionales, acceder a más de 30 sitios bloqueados para el país y asistir a eventos internacionales.
Hay muchos daños no cuantificables en esta rama, como consecuencia de las oportunidades de negocios perdidas y de los frenos a la creatividad de estos profesionales, quienes han demostrado destrezas y competencias para burlar el bloqueo y aportar a la informatización de la sociedad cubana.
Heridas también al Havana Club
El bloqueo no permite que el ron cubano sea comercializado en Estados Unidos, país que representa el 40 % del mercado de ese producto internacionalmente. Ahí ha estado la mayor afectación.
Nuestros rones tienen grandes posibilidades de salir airosos al competir con cualquiera de las marcas y compañías que están presentes en el mercado norteño. Según cálculos, allí se asimilaría más de un millón de cajas de ron de la Mayor de las Antillas.
Cuba tiene registradas ocho marcas de ron en Estados Unidos. Si entraran a ese mercado nuestras producciones se dispararían.
Los propietarios de la Bacardí se erigieron entre los principales promotores de la conocida Ley Helms-Burton. Esa marca constituye la primera en cuanto a venta de rones Premium en el mundo. Cabría una pregunta: ¿tanto le temen a la competencia con el verdadero ron cubano?
Nuestra nación está obligada a insertar su producto en nuevas y alejadas zonas geográficas, ya sea en Europa, América Latina o Asia, con lo cual aumenta el costo de las operaciones en sentido general.
A pesar de eso, Havana Club, presente en más de 120 países, clasifica como la tercera marca de ron internacional —que se vende no solo en su mercado, sino que tiene relevancia a nivel internacional—. Para las dos primeras marcas es determinante su participación en el mercado estadounidense.
La empresa Malaquer, de Centroamérica, por muchos años proveedora de los sabores y aromas de los licores a Cuba Ron, no ha continuado la venta porque no tiene Banco donde operar. Piden revisar una empresa intermediaria, pero eso encarecerá los costos.
El bloqueo no solo genera pérdidas tangibles, sino temores que inducen decrecimiento de las posibilidades de operar en el mercado. Ello obliga muchas veces a triangular operaciones con el lógico aumento de costos. El tema de los Bancos es bidireccional. Cuba no puede pagar y tampoco cobrar.
La afectación no puede circunscribirse a la exportación en sí, sino también a todos los elementos que tributan a esa exportación.
Cuba Ron recibía botellas de una empresa de Trinidad y Tobago, y un buen día, ya con los contenedores listos para traer ese producto, hubo que parar la operación, porque esos contenedores hacían tráfico con Estados Unidos. Cuba perdió el buque, tiempo y dinero.
La inestabilidad con las navieras condiciona tardanza en la entrega de productos, y los compradores sencillamente pueden ir a otro productor.
Existen páginas dedicadas al comercio electrónico. Si de Estados Unidos alguien compra on line algún producto para familiares en Cuba mediante www.katapult.com, perteneciente a una compañía norteamericana, no puede incluir sus rones. Necesitan un permiso especial que no se da.
En el último año los perjuicios del Havana Club superaron los 40 millones de dólares. Si se suman otras dificultades la cifra sería mayor. ¿Quién sabe el número de clientes o proveedores que dejaron de venir por temor a las consecuencias del bloqueo?
Hoy en día las navieras están en oferta y demanda. Montan los productos de quien más les paguen. Cuba no tiene muchas alternativas, por lo que se ve obligada a aceptar algunas condiciones con afectación financiera.
En el mundo hay excelentes rones, pero el nuestro es muy reconocido. El saber de los maestros del ron ligero cubano garantiza una identidad única.