Por Yaima Puig Meneses
La alianza con la Universidad es clave para el desarrollo económico y social cubano. Su papel protagónico en la implementación del sistema de gestión de Gobierno basado en ciencia e innovación, fue destacado por el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en un encuentro con directivos, científicos y expertos de la Educación Superior, donde se concentra el mayor potencial del país en la generación de conocimientos.
Podemos decir categóricamente, enfatizó Díaz-Canel, que si el Ministerio de Educación Superior no juega el papel fundamental que le corresponde, no podemos desarrollar y aplicar lo que nos hemos propuesto.
De ahí la importancia concedida por el Jefe de Estado a las universidades cubanas en el empeño de fortalecer las conexiones entre el sector del conocimiento y el de la producción de bienes y servicios para encontrar las mejores soluciones a los problemas, desde una mirada nacional.
En ese camino resulta vital lograr un cambio de mentalidad en los principales decisores para respaldar la implementación coherente del Sistema de Gestión de Gobierno. Que ante cualquier problema complejo que tengan que enfrentar, reflexionó, acudan en primer lugar a la investigación científica y a la innovación para solucionarlos.
Durante el amplio intercambio, que forma parte de encuentros similares que ha estado teniendo la dirección del Gobierno cubano con los Organismos de la Administración Central del Estado para la implementación del Sistema de Gestión de Gobierno de Ciencia e Innovación, el Presidente destacó que desde el triunfo de la Revolución ha existido en Cuba una activa política del conocimiento, liderada por el pensamiento y la acción del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
Tenemos buenos ejemplos en la creación de capacidades de ciencia y tecnología bien articuladas con la sociedad, como es el caso de la industria biotecnológica y farmacéutica, pero esos buenos resultados lamentablemente no se alcanzan de manera eficaz en todos los sectores, valoró.
Tras reflexionar acerca de la débil interconexión existente entre las universidades y entidades de investigación con los sectores productivos de bienes y servicios y los territorios, insistió en la urgencia de revertir esa situación.
La batalla económica en la cual está involucrada Cuba exige como una prioridad que se gestionen desde el Gobierno la ciencia y la innovación. Necesitamos llegar a un momento en el que exista un elevado impacto del conocimiento, la ciencia y la innovación en el cumplimiento del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030, valoró.
A pesar de las barreras que todavía persisten en muchos lugares, como la insuficiente preparación de los actores, la burocracia y la lentitud en la implementación de los resultados de la ciencia, el Jefe de Estado reconoció el avance que se evidencia en la integración de los procesos universitarios, la interdisciplinariedad y su vinculación con los sectores de producción de bienes y servicios en los territorios.
Hoy contamos con más de 130 programas y proyectos de investigación que interrelacionan a las universidades con el desarrollo local y con los sistemas empresariales territoriales o nacionales, puntualizó.
Asociado a este aspecto en particular, durante el encuentro -donde también participaron los viceprimeros ministros Inés María Chapman Waugh y Jorge Luis Perdomo Di-Lella- se conoció sobre el trabajo que se realiza desde hace dos décadas en la provincia de Pinar del Río.
El estrecho vínculo que allí se ha logrado entre el Gobierno y la Universidad ha permitido el diseño y la gestión de once estrategias de desarrollo local, desde las cuales se articulan las diferentes áreas de asesoría de la Universidad para responder a las prioridades estratégicas de cada uno de los municipios.
Aprovechando la participación de representantes de las universidades del país a través de videoconferencia, los rectores de las casas de altos estudios de Camagüey y Ciego de Ávila comentaron acerca de las principales experiencias de la labor que en ellas se llevan a cabo para fomentar el desarrollo territorial, enfocado principalmente a la producción de alimentos y la planeación estratégica.
Como un reto extraordinario para la Educación Superior consideró el ministro del sector, José Ramón Saborido Loidi, el papel de la Universidad como actor clave del Sistema de Ciencia e Innovación. Hace algún tiempo, detalló, potenciamos dos direcciones esenciales: cómo perfeccionar el trabajo de la Educación Superior como sistema, y cómo crear todas las capacidades que nos permitan elevar el nivel de pertinencia que exige este Sistema de Gestión de Gobierno.
De manera particular sobre la capacidad innovadora del Ministerio, en el encuentro se reconocieron las estrategias diseñadas en la educación de pregrado y posgrado en los últimos años, como parte de las cuales se han adaptado los contenidos curriculares a los nuevos tiempos.
A su vez, se hizo especial énfasis en la necesidad de trabajar con intencionalidad la formación de doctores en edades más jóvenes, sobre todo en el sector productivo.
Desde una mirada a las cifras, la directora general de Investigación y Posgrado del Ministerio de Educación Superior, Ondina León Díaz, refirió que históricamente, de los doctores que se gradúan al año, solamente un 9% lo hace en Ciencias Técnicas, y un 5% en Ciencias Económicas. La mayoría de nuestras defensas, dijo, ocurren en Ciencias de la Educación, una realidad que ratifica la prioridad con que se debe incentivar la formación en otras áreas del conocimiento.
Preparar cuadros innovadores, fomentar la búsqueda de las potencialidades territoriales, e integrarlo todo, desde la ciencia hasta el desarrollo local, son algunos de los muchos desafíos que tiene por delante la Educación Superior cubana, en el propósito de asumir el verdadero papel que le corresponde como factor determinante en la implementación del Sistema de Gestión de Gobierno basado en ciencia y innovación.
(Tomado de Presidencia Cuba)