Así de simple. La queja la remite Juan Carlos Hernández, quien trabaja “a una cuadra del centro gastronómico El Naranjito, ubicado en la avenida Finlay y San Miguel, municipio capitalino de Diez de Octubre.
“Las excusas que dan sus empleados van desde que el frízer se encuentra roto, que no hay corriente, que el helado está muy duro o que al hallarse derretido no pueden venderlo por bolas”.
Ante esta situación el lector se pregunta: ¿cuándo podré consumir helado en ese lugar?