No es difícil llegar a quererla. Adriana Zorzano López comparte su alegría y buen humor con quienes le rodean. Y aunque las 24 horas del día a veces le resultan escasas para todas las tareas, la actual directora general de la Empresa de Servicios de Reservación (Viajero), integrada al Grupo Empresarial de Servicios de Transporte Automotor, se las arregla para entregarse con pasión a su labor al frente de la entidad y comparte precioso tiempo con la familia.
Al recordar su niñez, confiesa que fue feliz.“Nací en el municipio capitalino del Cerro, muy cerca del Estadio Latinoamericano. Mi papá, Miguel Ángel, trabajaba ahí, servía café y en muchas ocasiones, después del triunfo de la Revolución, atendió al Comandante en Jefe Fidel Castro cuando visitó el lugar.
“A mí, de pequeña, me gustaba jugar bolas y hasta a la pelota, mis padres no se oponían. Lo de la pelota lo llevo en la sangre. Iba con mi papá a ver los partidos. Siempre he sido industrialista. Admiro en particular a Padilla, Germán Mesa y Tabares. Yo me asomaba al balcón de mi casa y cuando veía encendidas las luces del Latino, para mí eso era una fiesta”.
Sin embargo, no se dedicaría al deporte. Al llegar a la adolescencia, estudió técnico de nivel medio en Economía. “A los 16 años tuve a mi primer hijo, Alejandro, hoy ya Licenciado en Bioquímica. Realmente, mi mamá me ayudó mucho en su crianza, yo era muy joven. No me detuve, me seguí superando. Posteriormente, con más experiencia, me gradué como Licenciada en Educación y Economía, en el Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona.
“Discutí la tesis con mis jimaguas recién nacidos”, manifestó esta cubana que tuvo entre sus experiencias laborar en la actual empresa Publicentro y en la Empresa de Reparación Técnica Automotor. Al llegar a esta última entidad, tuve que estudiar mucho, no sabía de esa especialidad. Me desempeñé como directora técnica comercial, fue una experiencia inolvidable. Hay compañeros que todavía cuando me ven, me saludan con cariño y me dicen jefa.
“En septiembre de 2017 llegué a Viajero. Me lo propusieron y di el paso al frente. Cuando comencé, solo estábamos en seis provincias del país y ahora estamos en todas”. Reconoce que asumir esta responsabilidad ha implicado consagración, pues su principal sentido es servir con calidad al pueblo. “Cuando llega una queja, hay que prestarle atención, casi siempre el cliente tiene la razón”.
Valora que la exigencia y el ejemplo personal son imprescindibles para lograr resultados, por eso, no elude las dificultades, las enfrenta. “Me gusta trabajar en equipo, no se puede dirigir sin contar con el apoyo del colectivo. Cualquier persona puede darte una excelente idea”.
Si bien la pandemia ha detenido el curso de la actividad, en estos momentos siguen enfrascados en el perfeccionamiento de los procedimientos que rigen la actividad comercial, que en los últimos tiempos tuvo el beneficio de la venta de pasajes online, a través de la APK Viajando.
La atención a sus hijos pequeños es otra de sus grandes ocupaciones. “Diana y Joel ya tienen once años. Él practica beisbol desde los cinco y ella estudia pintura. Con el niño he tenido el apoyo de un vecino, Guille, quien también tiene su hijo practicando pelota; con la niña cooperan Yanet, una de sus hermanas por parte de padre, y mi hijo mayor.
Muchos se preguntan cómo Adriana puede distribuir su jornada en tantas tareas. Asegura que cuando el tiempo lo permite, tanto ella, como su esposo, igualmente directivo, van a ver a su hijo a entrenar e incluso han participado en los juegos en que toman parte los padres. Así no olvida su infancia, cuando solo con ver las luces del estadio Latinoamericano se sentía feliz.
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