Con todo legítimo derecho, los organizadores del preolímpico de béisbol de las Américas trasladaron la sede de Arizona a Florida. Y esperado por miles, quizás millones, por vez primera en los últimos 60 años un equipo cubano se presenta a partir de este lunes en ese estado para un torneo oficial.
El engorroso trámite de visado para que nuestros peloteros llegasen a tierra estadounidense se antoja similar, desde el punto de vista deportivo, al que tendrán para ir a Tokio, pues no solo se trata de aspirar al cupo directo, sino de quedar al menos en el podio para acudir a Puebla, México, del 22 al 26 de junio, cierre de la clasificación a la lid de los cinco aros.
El partido inicial contra Venezuela (lunes 31, 1:00 p.m.) ya ha fijado el duelo de lanzadores entre Aníbal Sánchez y Lázaro Blanco. El estadio The Ballpark de Palm Beaches servirá de escenario para un juego clave, pues una victoria contra los morochos nos pondría con medio pie en la siguiente fase, aunque habría que ganar de todas maneras otro pleito en la etapa clasificatoria.
Para ello Armando Ferrer debe presentar una alineación muy ofensiva: Roel, Mujica, Samón, Despaigne, Cepeda, Drake, Dayán, Alarcón y Manduley parece ser la ideal, aunque Lisbán Correa y Erisbel Arruebarruena también entran en las opciones. El uso de los serpentineros tendrá que ser casi exacto, con estabilizador y cerrador incluidos, para pedirle a Blanco cinco o seis entradas impecables.
Contra Canadá (1 junio 7:00 p.m.) la historia es diferente. Carlos Juan Viera será el escogido para subir al box en pos de dejar atrás las derrotas sufridas en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 y Lima 2019, además del Premier 12 de hace dos años. Es un elenco muy similar al visto en las dos últimas derrotas y ahí está quizás el mayor peligro: nos conocen tanto como nosotros a ellos.
Un scouteo preciso, mínimas equivocaciones defensivas y tácticas, movimientos en el line-up a partir del rendimiento inicial y otro manejo inteligente del pitcheo relevista serán piezas determinantes si queremos quitarnos el cartelito de verdugo que muchos le ponen ya a los norteños sobre nosotros por sus sonrisas en los últimos seis años de enfrentamiento.
No por el lugar 14 en el ranking mundial o subestimación al rival, Colombia se perfila como el adversario más accesible del grupo para el miércoles 2 de junio (7:00 p.m.). Es cierto que así lo pensaban muchos en los Juegos Panamericanos de Lima y caímos 1-6. El camagüeyano Yariel Rodríguez, de no haber sido utilizado antes para preservar alguna ventaja, pudiera ser la designación del mentor cubano, sin descartar al zurdo Yoanni Yera.
De los 26 nombres registrados por los cafeteros, 12 pertenecen a organizaciones de Grandes Ligas y los demás tienes experiencia en ligas independientes o el campeonato profesional local. ¿Panacea, sonrisa segura, enemigo pequeño? Nada de eso. Y para la prensa de su país, están llamados a ser el equipo sorpresa del torneo.
Cuba las tiene muy difícil para avanzar en su llave, pero es la menos complicada si la comparamos con el otro apartado en el que figuran Estados Unidos, Dominicana, Puerto Rico y Nicaragua. Ser realista y optimista, siempre y cuando el desempeño ofensivo sea superior al visto en los últimos torneos internacionales, nos hace ubicar a nuestra formación entre los tres primeros lugares de la justa y, por tanto, obtener el derecho al clasificatorio mundial en México, donde lidiarán con Taipéi de China, Holanda, Australia y un segundo equipo de América.
La lógica tensión competitiva en Florida pasa también por tensiones extradeportivas, que ojalá no lleguen a provocaciones físicas en los estadios, tal y como han incitado en redes sociales algunos sitios y personajes, sin que las autoridades oficiales se hayan pronunciado.
La fuga de César Prieto minutos después de su llegada fue una estocada traicionera, amparada en la ruptura unilateral por parte del Gobierno de Estados Unidos del Acuerdo entre la Major League Baseball-Federación Cubana de Béisbol, el cual hubiera permitido un torneo diferente desde este lunes, con mentes más enfocadas en strikes, hits o jonrones, que en ofertas tentadoras para abandonar a sus compañeros, al uniforme de las cuatro letras.
