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Que los saberes se integren y se conviertan en bienestar

Por Alina Perera Robbio

En un momento insospechado podemos ser espectadores de la disertación de alguna cubana o cubano que despiertan admiración y esperanza sobre los saltos a los que puede aspirar el archipiélago a partir de todo el saber acumulado en décadas.

 

Estudios Revolución

 

Más de un participante tal vez pudo hacer ese razonamiento, durante el encuentro que tuvo lugar en el Palacio de la Revolución entre la dirección del país y los científicos y expertos que concurren en el programa de soberanía alimentaria y educación nutricional.

Luego de escuchar varias voces que aportaron sus reflexiones sobre un tema medular como el manejo de los suelos, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, expresó:

Vemos aquí, en un tema fundamental (…), que tenemos un enorme desarrollo en el sector del conocimiento, y que no hemos sido capaces de interconectarlo en toda su dimensión con el sector productivo de bienes y servicios.

Aquí aparecen todo un grupo de potencialidades, dadas desde el punto de vista de los resultados científicos, las cuales podrían convertirse en innovación y abarcar una escala amplia en las bases productivas, afirmó el Jefe de Estado en la reunión que también estuvo encabezada por el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, el Vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa, así como por los viceprimeros ministros, Inés María Chapman Waugh, y Jorge Luis Tapia Fonseca.

Uso y cuidado de una riqueza que se agota

El punto de partida que dio paso a las opiniones escuchadas en el encuentro versó sobre «Manejo de los suelos en el marco de la soberanía alimentaria y educación nutricional», a cargo del Doctor en Ciencias, Luis Gómez Jorrín, director general del Instituto de Suelos.

Un grupo de ideas y propuestas fueron compartidas por el  experto, quien habló sobre la importancia de hacer un manejo sostenible de los suelos dentro de la amplia gama que el país posee de los mismos. Gómez Jorrín hizo énfasis en la necesidad de resolver un grupo de factores limitantes que inciden sobre la fertilidad y productividad del valioso recurso.

«El objetivo de la propuesta —comentó en referencia al tema expuesto por él— es implementar alternativas tecnológicas para el manejo sostenible de los suelos utilizados en la producción de alimentos, e introducir indicadores para el manejo adecuado de los mismos».

En una intervención sucinta pero de sumo interés, el directivo apuntó que «el suelo es el principal recurso natural con que cuenta nuestro país. Baste decir que la formación de un centímetro de suelo puede tardar entre 100 y 400 años, pero por erosión se pueden perder cada año entre 12 y 42 toneladas por hectáreas, en tierras cultivables; lo que hace (del suelo) un recurso no renovable» cuya degradación constituye uno de los principales problemas medioambientales (del archipiélago).

Cuba —detalló el Doctor en Ciencias— posee unos 11 millones de hectáreas; y de ellas, 6,4 millones son de uso agrícola. Según el experto, hay reconocidos 18 subtipos diferentes de suelos, abanico que demanda maneras también distintas de manejarlos.

Uno de los mayores desafíos del país, dijo el directivo, es que del fondo de suelo de 6,4 millones de hectáreas, el 70 por ciento está afectado por al menos una limitación para producir —y entre las limitaciones mencionó la erosión, la baja fertilidad, el bajo contenido de materia orgánica, la compactación, o la salinidad.

Para esos 6,4 millones de hectáreas, enunció el director general del Instituto de Suelos, «estamos proponiendo impulsar un trabajo de conservación y mejoramiento de los suelos, y también hay que tener en cuenta la aplicación de nutrientes si se quieren lograr producciones sostenibles».

Gómez Jorrín recordó que el país está apostando por la producción ganadera, tarea que demanda suelos en buen estado. Igualmente reconoció que Cuba, a pesar de múltiples limitaciones, ha dedicado importantes recursos financieros para proteger el valioso recurso natural. Mencionó entonces la existencia del Programa Nacional de Mejoramiento y Conservación de Suelos; el Programa de Asociación de País para el Manejo Sostenible de Tierra, así como la Tarea Vida, programa de gobierno para el enfrentamiento al cambio climático.

El país caribeño —ejemplificó el experto al destacar el conocimiento acumulado por Cuba— posee una clasificación propia de sus suelos. Es algo, acotó, que tienen pocas naciones. En las pasadas décadas de los 70 y los 80 nació el «mapa de la clasificación agro-productiva de los suelos, lo que permite hacer recomendaciones por tipo de suelo, por cultivo, y sobre qué recurso necesitamos para lograr producciones sostenibles».

De sistemas de análisis agroquímico que tiene el país y que permiten actualizar la condición de los suelos, del manejo integral de nutrientes, de usar las herramientas informáticas y en sentido general el conocimiento habló también el experto, quien trajo a colación el uso de la labranza y la rotación de cultivos para que el suelo esté siempre cubierto.

Para lograr un mejor aprovechamiento de los suelos deberíamos aprovechar los escenarios que ya existen, resaltó el especialista, e hizo alusión a los sistemas locales de abastecimiento alimentario, y a la Comisión municipal de asuntos agrarios, espacio «donde se decide la producción de alimentos». Tampoco pasó por alto la propuesta sobre la pertinencia de preparar a todos los actores relacionados con la tierra.

La Guía de campo, herramienta útil para la evaluación visual de los suelos, «que no lleva reactivos de laboratorios ni equipamiento», fue otra fortaleza mencionada por Gómez Jorrín y que el Instituto de Suelos tiene entre sus propuestas, porque el país puede contar con ella y «para nada está divorciada de la modernidad, para nada está divorciada de lo que se hace en la comunidad científica internacional».

Seguidamente se sumaron las voces de quienes han dedicado gran parte de sus vidas a la vitalidad y producción de los suelos cubanos: Maribel Alonso Rodríguez, presidenta de la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) «Julito Díaz», del municipio de Consolación del Sur en la provincia de Pinar del Río, contó que de no ser por los estudios y oportunas soluciones en los suelos donde ellos cultivan tabaco, los rendimientos de hoy fueran muy pobres.

El académico Olegario Muñiz Ugarte, entre otras ideas, habló de alternativas para la nutrición de los suelos. Recordó que la paja de arroz, por ejemplo, contiene potasio y es un buen fertilizante; que ya no se escucha hablar, como antes, del humus de lombriz; y que se usa poco la roca fosfórica, otro buen fertilizante junto con la zeolita, mineral que es bueno para incrementar la fertilidad de los suelos.

Él también habló de recuperar los laboratorios, los cuales existen pero se han descapitalizado; y no olvidó la necesidad de que en cada espacio del país donde haya cultivos esté presente un técnico que se ocupe de esa porción de suelo. «La ciencia cubana puede aportar mucho en esta batalla», subrayó.

Integrar actores y conocimientos

Toda estrategia en un asunto como el de los suelos tiene su concreción, su realización en los sistemas productivos locales, expresó el Presidente Díaz-Canel Bermúdez, quien además compartió el enfoque del Doctor en Ciencias Luis Gómez Jorrín, según el cual hay que aprovechar los escenarios y programas ya existentes.

«Tenemos establecido —acotó el Jefe de Estado— un programa nacional de mejoramiento de los suelos, y un programa de manejo de la sostenibilidad de la tierra. Entonces (…) creo que aquí lo que tenemos es que (…) integrar actores, tenemos que integrar gestión de conocimientos, tenemos que integrar monitoreo, y por supuesto tenemos que integrar las bases productivas».

«Y aquí entonces tiene que jugar una función estatal el Ministerio de la Agricultura, tanto en la concreción de la estrategia en el programa nacional de mejoramiento de los suelos, y en el mejoramiento sostenible de la tierra, como en la atención a las comisiones agrarias; y dentro de esas funciones estatales, hay que darle el papel que debe jugar el Instituto de Suelos (…); en el Instituto es donde está la ciencia, donde está el conocimiento de estos temas».

«Indudablemente nosotros tenemos potencialidades —valoró el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista—; y está demostrado que hay una estructura, una experiencia, una infraestructura incluso en el sector del conocimiento».

El mandatario abogó por emplear esas potencialidades, por acercarlas e interconectarlas al sector productivo de bienes y servicios: «Creo que ese es el aporte que hace esta sesión de trabajo, de diálogo entre expertos, académicos y científicos con el Gobierno, para abordar problemas tan importantes como el Programa de soberanía alimentaria y de educación nutricional».

(Tomado de Presidencia Cuba)

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