La primera vez que lo vi estaba en el Centro Proceso de la Empresa de Acopio y Beneficio de Tabaco (ABT) Pinar del Río, participaba en una jornada de aporte voluntario convocada en saludo al Día del Trabajador de Recursos Hidráulicos.
En esa ocasión habló de las alternativas que habían buscado para mantener el funcionamiento de la sección sindical en medio de la pandemia, y explicó que, como la mayoría se acogía a la modalidad de trabajo a distancia, el teléfono era la vía para la comunicación.
Al preguntarle por las razones que lo llevaban a seguir activo pese a sus años y a estar jubilado, arguyó razones como sentido de pertenencia, amor por lo que hace, por el colectivo y la Empresa a la que pertenece, y que le era imposible quedarse en casa mientras tuviera fuerzas para contribuir al desarrollo del país, porque más que nunca se necesitaba de todos para sacar adelante la economía.
El primero
Crescencio Ferro Ordaz, tiene 75 años, pero ni su cabeza cubierta de canas refrenda esa edad y es que la vitalidad de sus gestos, la pasión con que habla le hacen parecer más joven.
Es el único afiliado al sindicato provincial de los trabajadores de la construcción en Pinar del Río que ostenta el título honorífico de Héroe del Trabajo de la República de Cuba y es el primero que se hace acreedor de este reconocimiento en todo el sistema del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), sector al que está vinculado desde que se graduó como técnico medio en Hidrotecnia hace ya más de medio siglo.
Caminos para el agua
Son varias las sedes y nombres de las entidades en las cuales laboró, propios de los cambios y transformaciones que fueron realizándose en las entidades el INRH radicadas en la provincia. Se desempeñó en diversas funciones, entre ellas, como dibujante e investigador de hidrogeología.
Con el paso del tiempo se especializó en la confección de proyectos de sistemas de acueducto, y atesora momentos especiales asociados a la concreción de varias de esas obras, la alegría de los pobladores que por primera vez recibían el agua en su casa, en especial los residentes en comunidades rurales o de montaña.
Desde el 2001 labora en la Empresa de Investigaciones y Proyectos Hidráulicos (Proagua), entidad en que enfrentó uno de los procesos de mayor complejidad en su vida profesional: asumir las nuevas tecnologías y dejar a un lado los instrumentos tradicionales.
Al evocar ese período lo define con una sola palabra: “Engorroso”. Acompaña el vocablo con un levantamiento de las cejas y una sonrisa. Sobre ello recuerda que hasta el 2006, en el colectivo se repetían la excusa de que si se dedicaban a aprender los programas de diseño no podrían entregar en tiempo los encargos, pero la dirección fijó ese año como el límite para hacerlo y hoy utilizan el software AutoCad para el mejoramiento de las redes de acueducto en Pinar del Río.
Más allá del agua
De pequeña estatura y hablar pausado, reconoce a Recursos Hidráulicos como una parte imprescindible de su vida, incluso donde encontró el amor. Allí conoció a su actual esposa, a la que se unió hace ya 48 años. Dos hijas y cuatro nietos, tres de ellos varones. Orgulloso de su descendencia, que también se regocija con los reconocimientos cosechados por Crescencio.
Dirigente sindical, ostenta numerosas medallas, distinciones y premios, de la cual es colofón el título honorífico de Héroe del Trabajo de la República de Cuba alcanzado este año. Ser el único del país entre quienes laboran en el INRH no lo envanece, aunque admite que es un privilegio, pues se trata de una institución con muchos trabajadores abnegados y esforzados. Por eso no titubea al asegurar que le fue concedida a él, pero es para todos, porque son una gran familia.