Temas como la violencia de género o la homofobia en cualquiera de sus manifestaciones esperan sobre la mesa del proyecto de un nuevo Código de las Familias en Cuba, urgido de la comunión más allá del lógico proceso de construcción, debate y consulta popular. A propósito, transcurre hasta el 30 de mayo la XIV edición de las Jornadas Cubanas contra la Homofobia y la Transfobia, un espacio que no solo concierne e involucra al Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), en tanto complementa sus objetivos de inclusión.
A la lucha contra la homofobia acude ahora la certeza de una reforma legislativa para avanzar y desterrar actitudes patologizantes, en aquellos que señalan, incluso, como anormales o antinaturales a determinadas personas únicamente por su orientación sexual o identidad de género.
En el ámbito laboral, por ejemplo, se ha ganado, no poco, a favor de la causa; sin embargo, aversión, odio, miedo, prejuicio o discriminación contra los homosexuales (lesbianas, gais y personas trans) persisten todavía dentro de una zona demasiado conservadora de la sociedad; y hasta desde puestos de dirección y organismos de poder que sostienen aferradas maneras que dificultan los pasos en el tema, y atrasan así efectos y logros, e invisibilizan de tal modo conquistas de la Revolución y de los proyectos emprendidos por esta.
Se trata, en específico, de conductas que van desde la misoginia de un directivo que al realizar una prueba de aptitud a una mujer para un puesto laboral le pregunta si ya parió, hasta quienes evitan contratar a un homosexual o transexual dentro de su empresa, o una vez contratado silencian o limitan sus méritos.
Por esa razón pasan desapercibidas o por normales actitudes prejuiciosas o hirientes que no lo son. Y la gente se acostumbra a su impunidad y a cometerlas una y otra vez, cotidianamente; tanto es así que convierten en cláusulas y axiomas aquello de que la población cubana no está preparada para eso, sin saber que la preparación es un método de aprendizaje constante, una disposición organizada y sustentada en acondicionamientos, planes de ejercicio y praxis exhaustiva.
Con amparo de la Constitución, y en apoyo la correspondiente agenda legislativa, tocaría contar en los medios de comunicación masiva, con naturalidad y cuando se justifique, más historias de homosexuales y trans que son profesionales de la Medicina o cualquier disciplina; exitosos en el panorama de la cultura; líderes juveniles, trabajadores vanguardias, personas de bien: hijos, padres o hermanos, con amplios horizontes de realización personal y laboral.