“Los convenios que se firman con las empresas e instituciones formalizan la relación de intercambio y colaboración entre las partes”, afirmó la Doctora en Ciencias Orquídea Urquiola Sánchez, rectora de la Universidad Carlos Rafael Rodríguez (UCf), de Cienfuegos, sobre los convenios que se establecen con las empresas.
“La UCf surgió en la década de los 70 como una necesidad del territorio, que se erigía como una importante zona de desarrollo industrial. Surgieron entonces grandes industrias y centros de prestación de servicios que demandaban fuerza de trabajo altamente calificada, capaz de asimilar las nuevas tecnologías que se iban introduciendo.
“Su creación tenía implícito el vínculo con las empresas. Las carreras fundacionales fueron Ingeniería Termoenergética, Ingeniería del Transporte Automotor y Licenciatura en Contabilidad. Entidades como la Central Termoeléctrica Carlos Manuel de Céspedes, la Central Electronuclear (CEN), Fertilizantes Nitrogenados y el antiguo Minaz, entre otras, fueron importantes unidades docentes y se convirtieron en los laboratorios donde los estudiantes recibían sus clases y actividades prácticas. Desde ese entonces se constituyó en una fortaleza en la formación de los profesionales. De hecho, muchos de los profesores que pasaron a formar parte del claustro salieron de ese vínculo.
“Esa forma de trabajo se ha mantenido durante todos estos años y con el propio crecimiento de las actividades productivas y de servicios en el territorio se ha ido ampliando las especialidades que se estudian en la Universidad, y con ello se amplió el vínculo hacia otros sectores de la economía por una necesidad mutua. En este sentido la UCf ha nutrido al territorio de los profesionales que demanda su desarrollo y viceversa. Esa es una prueba fehaciente de que ella nace de la sociedad y está a su servicio”.
¿Cuáles son las características fundamentales de los convenios y qué significan para las partes?
Formalizan las relaciones entre las empresas y/o instituciones con la Universidad. Tienen como principio el intercambio y la colaboración que trae consigo el crecimiento y desarrollo de ambas partes.
En esa relación se garantiza el componente académico, laboral e investigativo de las carreras, desarrolla proyectos de investigación y de innovación de interés y mantiene actualizado a los profesores, investigadores y estudiantes sobre las nuevas tecnologías y las problemáticas reales del tejido empresarial, donde se encuentra el escenario ideal para desarrollar las investigaciones e innovaciones.
Para ello, la empresa le aporta sus recursos humanos con amplia experiencia, infraestructura y tecnologías. En esta dinámica logra la superación, actualización y desarrollo de sus profesionales, se apropia de toda la generación de conocimientos y transferencia de tecnología que posibilita la Universidad.
Es un proceso de intercambio permanente donde se logra que ambas partes trabajen juntas en la solución del banco de problemas que tienen las empresas a partir de sus prioridades. La Universidad interviene con equipos multidisciplinarios, a los cuales se integran los trabajadores de las entidades, con sus experiencias, y consiguen las soluciones más efectivas a los problemas actuales, e incluso la construcción de una visión de desarrollo futuro. En ese accionar la empresa se convierte en el escenario práctico para la formación y desarrollo de los profesionales.
En el caso de la Universidad que usted dirige, ¿cuántos tiene firmados?
Tenemos establecidos convenios con 112 empresas e instituciones de disímiles sectores productivos y de servicios.
¿Cuáles son las perspectivas en ese sentido?
A partir de las propias necesidades que tienen las partes de mantener una estrecha relación de trabajo, y con el marcado interés que ha manifestado la máxima dirección del país, sobre todo el Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien le ha concedido un papel protagónico a la ciencia y la innovación en su gestión de gobierno. Las perspectivas son amplias y retadoras.
Desde nuestro punto de vista se ha despertado un gran interés en el sector de la producción y los servicios por tener a la Universidad como un aliado en las proyecciones de sus estrategias futuras y en la solución de las problemáticas actuales. Poco a poco los empresarios se han dado cuenta que los problemas que enfrentan están muy desconectados de la experiencia pasada, porque el entorno ha cambiado y con ello, las exigencias. Hace falta conocimiento para obtener éxitos.
A su vez la Universidad ve abiertas muchas oportunidades de crecimiento y posibilidades de aportar al desarrollo del territorio y del país En ella se afianza la práctica de que la docencia no puede desarrollarse solo desde el aula; tiene que salir a la empresa y estudiar la realidad que no aparece ni se aprende en los libros y devolver toda esa experiencia a los futuros profesionales que formarán parte de esa fuerza de trabajo altamente calificada que demandan las organizaciones y que es nuestra responsabilidad entregarla con las competencias necesarias.
En consecuencia, las carreras, los posgrados y la investigaciones e innovaciones tienen que estar en función del entorno empresarial. Resulta esencial mantener un monitoreo contante de lo que ésta demanda para continuar siendo útil al desarrollo.
Esta interconexión entre la Universidad y las empresas se ha convertido por tanto, en una necesidad estratégica para el desarrollo mutuo. Solo así podremos contribuir al cambio tecnológico y al desarrollo local y del país. También ofrece nuevas perspectivas para la aplicación del conocimiento generado por la ciencia en la industria y demás sectores de la economía, lo cual tributa directamente al incremento de la productividad del trabajo, del impacto de la innovación en el desarrollo y de la capacidad de absorción del sector empresarial, que redunda en el mejoramiento de la calidad de vida de la sociedad.