Con motivo de un nuevo aniversario de la firma de la Ley de Reforma Agraria por Fidel Castro en La Plata, Sierra Maestra, conversamos con el diputado Sergio Rodríguez Morales sobre las adversidades existentes en el campo, independientemente de nuestros deseos: el bloqueo y los embates de la naturaleza.
Razones tendría quien lo califique como un avezado dirigente si toma en cuenta que tras graduarse en 1972 asumió responsabilidades con apenas un año de trabajo en el Centro de Mejoramiento de Semillas Agámicas, después convertido en el Instituto de Investigaciones de Viandas Tropicales (Inivit), donde en 1991 ocupó su actual cargo de director general.
Sin embargo, él se autodefine como «director prestado» en ese centro científico ubicado en el municipio de Santo Domingo, en Villa Clara, porque siempre será un investigador, lo cual está avalado por una extensa lista de publicaciones científicas e investigaciones, cuya lectura llevaría varios minutos, lo mismo que los reconocimientos y condecoraciones recibidos por sus aportes.
Así es Sergio Rodríguez Morales, quien al abordar un tema, puede hacer creer en ese momento que está hablando de lo que más le apasiona hasta que se escucha reflexionar sobre los más variados asuntos, todos los cuales trata con la misma amenidad sin espacio para el aburrimiento.
Al hablar de adversidades, ni las del bloqueo impuesto por el Gobierno de Estados Unidos logran que tenga un tono pesimista y mucho menos de queja, más bien parece considerarlos un estímulo para su vida, tanto la de dirección como la científica, personal, familiar y social.
Pero esa guerra económica, como las adversidades de la naturaleza, existen independientemente de que las queramos o no, por lo cual es evidente que se siente realizado cuando centra los esfuerzos en lo que puede transformar.
Quizás, con ese incentivo, comenzó sus investigaciones con la yuca, lo mismo para incrementar sus rendimientos por área, que para escalonar su siembra por variedades de manera que pudiera cosecharse durante todo el año.
Las lluvias intensas o extemporáneas que dañan cultivos, o los prolongados periodos de sequía, así como los fenómenos meteorológicos también han estado entre las adversidades que ha buscado enfrentar con soluciones desde la ciencia, pero siempre ocupado en que los productores dominen y apliquen la técnica en correspondencia con los resultados de las investigaciones.
Ante la pregunta: ¿Le agradeces algo al bloqueo?, sus palabras fueron ráfagas: «Hemos logrado integrarnos unos con otros para obtener con unos lo que nos falta a otros; por ese bloqueo se ha desarrollado la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores…».
Comentó cómo las limitaciones impuestas por el Gobierno de Estados Unidos han despertado la creatividad al punto de que se abaratan costos mediante el uso de recursos locales confeccionados artesanalmente y aprovechando las características del lugar.
No niega que el bloqueo hace daño, pues él mismo ha sido víctima de tecnologías necesarias que no pudo adquirir para el trabajo científico, documentación técnica o intercambios con otros colegas que han sido obstruidos o demorados, y que para conseguirlos ha habido que hacer más gastos por las distancias.
No obstante, tan firme como su posición de vencer ese bloqueo, es su confianza en el futuro, por lo cual ambos recordamos unas palabras que dijo en el Inivit, Arnaldo Milián Castro, quien fuera primer secretario del Partido en la antigua provincia de Las Villas.
El dirigente partidista, que también fue ministro de la Agricultura, decía que la producción de viandas podría ser un futuro renglón exportable, pues la comunidad cubana radicada en el exterior era un mercado a tener en cuenta.
Más de cuatro décadas han pasado desde entonces, y sin dejar de mirar hacia ese futuro anunciado tan tempranamente por Milián, el Doctor en Ciencias Rodríguez Morales se concentra en vencer el bloqueo con cultivos de mayor rendimiento, ciclos vegetativos más cortos, resistentes a plagas y enfermedades, así como capaces de resistir los embates de la naturaleza.