Esta vez no traemos a bordo de La Guagua los Comentarios Digitales habituales, sino reflexionaremos sobre los contentivos de un tipo de verborrea surgida de la impotencia.
Son comentarios que con un sencillo clic se envían a la Papelera porque esta verborragia impide establecer comunicación, en primer lugar porque a sus emisores no les interesa lo que pensamos o decimos, y mucho menos exponen argumentos, ni acertados ni equivocados.
Tal pareciera que en la Verborrea de la Impotencia calcan las alteraciones de velocidad del habla y cantidad de vocablos que en la literatura especializada identifican como «incontinencia verbal» y que a veces puede estar asociada con perturbaciones mentales.
También pudiera influir algún síntoma neurológico o psiquiátrico, y no deja de ser igualmente una peculiaridad de egocentrismo, aunque esto último sí suele estar marcadamente presente en los que practican dicha verborrea.
Buscan ser centro de atención, pero si alguien expone un argumento no conveniente, pasan de un tema a otro de modo tal que la conversación semeja un plato donde es imposible hallar las puntas de cada espagueti después de ser revueltos con salsa.
De la verborrea que estamos hablando es la provocada por la impotencia de querer que la Revolución Cubana se caiga, de detener la construcción del Socialismo y restaurar el capitalismo neoliberal, de no poder engañar todo el tiempo con que se trata de un embargo, porque cada vez hay más convencidos de la existencia de un bloqueo económico, comercial y financiero.
Estos personajes los podemos encontrar en la calle, a bordo de un transporte público, en la cola de cualquier sitio de venta o prestación de servicios, hablan, hablan y aunque hayan empezado a hacerlo con una persona, elevan la voz y se colocan en un lugar donde intentar llamar la atención.
Así actúan estos sociópatas, que al convertirse en sociópatas digitales descargan toda su impulsividad y agresividad propias de individuos antisociales que aunque volcamos sus comentamos en la papelera, los escriben y vuelven a escribir.
Aún cuando tratan de simular que están al lado del pueblo y que lo defienden, es tal su fuerte tendencia a rechazar las normas sociales que profieren ofensas a las mayorías y les desean más penurias.
En resumen: Si los sociópatas que usan como arma de agresión las tecnologías digitales desean ganarse la paga por tumbar la Revolución, están padeciendo una enfermedad incurable pues en más de seis décadas hasta quienes les suministran el dinero se han convencidos que si de caer se trata, ni de la cama cae nadie ni estando dormido.
En próximas ediciones de esta guagua, volveremos a traer este tema, por lo cual agradecemos los comentarios digitales sobre el asunto.
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