La jornada de homenaje de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) por el aniversario 110 del natalicio del Capitán de la Clase Obrera, Lázaro Peña, comenzó en el país con una actividad en la provincia de Cienfuegos, en la cual estuvieron presentes dirigentes sindicales e historiadores.
En el recuento rememoraron sucesos de ocurridos en esas provincia que han constituido la base para que el fortalecimiento del movimiento sindical, con el propósito de que represente una fortaleza para el avance e impulso del territorio y un homenaje para todos aquellos que han conducido a los trabajadores en cada etapa de la Revolución, entre los que se encuentran los líderes de la CTC en esa antigua región.
Recordaron que en la constitución de la Central de Trabajadores de Cuba Revolucionaria, el 5 de agosto de 1964, se inauguró una exposición artística e industrial de productos fabricados en la zona, así como obras de la Escuela de Artes Plásticas Rolando Escardó.
Exaltaron la vida y obra de Lázaro Peña, quien con su ejemplo y acción guió la conducción de la CTC, en apoyo a la Revolución triunfante el Primero de Enero de 1959.
Subrayaron la importancia de materializar los acuerdos del XXI Congreso de la CTC y del 8vo del Partido Comunista de Cuba, como mejor homenaje al líder de la clase obrera cubana.
Lázaro Peña González nació el 29 de mayo de 1911 en el humilde hogar de sus progenitores: Evaristo (carpintero y albañil eventual) y Antolina (despalilladora de oficio), quienes residían en la calle Carmen no.38 entre Monte y Tenerife, en el barrio habanero de Los Sitios. Huérfano de padre a los diez años, abandonó la escuela para trabajar como ayudante de carpintero, albañil y herrero.
Desde sus comienzos como trabajador se integró a las protestas obreras contra los bajos salarios y el maltrato. Tanto que, a finales de 1929, se incorporó a las filas del clandestino Partido Comunista, donde participó activamente en la organización de los trabajadores para luchar contra la dictadura de Gerardo Machado.
En 1961, al celebrarse el XI Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba, organización que había logrado rescatar la unidad y el prestigio del movimiento obrero organizado, se reinsertó en su directiva como secretario general hasta 1966.
Durante esta etapa desplegó una destacada actividad en el movimiento sindical internacional con la creación de la Confederación de Trabajadores de América Latina (CTAL) y de la Federación Sindical Mundial (FSM). Por sus grandes méritos y capacidad organizativa fue nombrado, a principios de 1973, jefe del Departamento de Organizaciones de Masas en el Comité Central del Partido Comunista de Cuba, organismo del cual fue miembro desde su constitución en 1965.
A pesar de estar enfermo se consagró a la preparación del histórico XIII Congreso de la CTC. Fue el centro de aquel trascendental cónclave con su participación directa en la elaboración de las tesis del foro sobre variados y complejos temas del acontecer político, económico, social, laboral y sindical que fueron sometidas a debate con todos los trabajadores. Estuvo trabajando hasta su último aliento. Falleció el 11 de marzo de 1974.
Sobre su entrega y consagración, aún en los últimos momentos, el líder cubano Fidel Castro Ruz dijo en el sepelio del dirigente obrero:
«Inútil era rogarle que moderara sus esfuerzos y atendiera su salud. Era lo único en que este militante modesto, dócil y disciplinado, desatendió los ruegos de sus compañeros y las exhortaciones de su Partido (…) No venimos propiamente a enterrar a un muerto, venimos a depositar una semilla”.