Como guerrero incansable llega hoy a sus 31 años el hotel Sol Palmeras, joven en su cotidiano concepto de renovación, inspirado en un compromiso honrado desde el 10 de mayo de 1990, cuando Fidel Castro le encargó ser un ejemplo para el turismo cubano.
Fruto de la asociación con la compañía Meliá Hotels International, otrora Sol Meliá, el hotel constituye símbolo del progreso de la industria de ocio, al convertirse en pionera de las empresas mixtas en la Mayor de las Antillas.
La cadena, con sede en Palma de Mallorca, España, se lanzó a la aventura de unirse a Cuba a pesar de que muchos tildaban a su directiva de loca. El éxito avizorado por Fidel se cumplió. Luego, otros inversores apostaron por la nación, seducidos por el indiscutible éxito de Meliá Hotels International.
El empresario español Francisco Camps, representante de Meliá Cuba, ha dicho que Sol Palmeras marcó un antes y un después para la industria de ocio en la isla, justo cuando la nación se abría definitivamente al mercado turístico global.
“Nuestro colectivo lleva 13 años como Vanguardia Nacional, resultado de la eficiencia y calidad que históricamente han caracterizado nuestras operaciones”, confiesa Arnaldo Díaz Hiedra, secretario general del buró sindical.
“Mantenemos el mismo espíritu de victoria prometido aquel histórico día de la apertura oficial. La petición del Comandante en Jefe de convertirnos en referencia de la industria de ocio, lo hemos conseguido, pero eso no nos complace. Siempre se puede perfeccionar el trabajo y eso hacemos. Innovar ha sido nuestra premisa. Solo así ofrecemos nuevas experiencias a quienes nos visitan”, afirma Díaz Hiedra.
“Lo importante aquí ha sido la fidelidad en la relación calidad-precio, que las personas sientan que recibieron en correspondencia con lo pagado”, considera Díaz Hiedra.
Explica que como a todo el turismo mundial, “la pandemia también nos ha afectado. Luego de tres meses de pausa obligada, reabrimos al turismo en julio del año pasado y nos mantenemos operando, ahora para el mercado ruso, a quienes ofrecemos garantía de seguridad y óptimos servicios”.
En alusión al recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos en contra de Cuba, y específicamente del turismo, aseguró que “reafirmamos nuestra disposición de ser más eficientes, de cumplir con los aportes monetarios al Estado, como la mejor manera de mitigar el carácter genocida de una Ley Helms-Burton que jamás nos vencerá”.
Mailen Alemañy, secretaria general del Buró Provincial del Sindicato de Trabajadores de la Hotelería y el Turismo en Matanzas, pondera los resultados del funcionamiento orgánico del sindicato en Sol Palmeras, “un ejemplo para el resto de los colectivos laborales del turismo y del país”.
En su historia, Sol Palmeras promedia relevantes índices de ocupación y elevados porcentajes de repitencia, muestra de la calidad en sus gestiones, que le han permitido superar sus millonarios planes de ingresos, con un promedio significativo de turistas-día, flujos disminuidos después de marzo de 2020, momento de la llegada al país del nuevo coronavirus.
Directivos extranjeros y cubanos aseguran que el desempeño y calidad humana de los hombres y mujeres que allí trabajan constituyen atributos esenciales de la instalación edificada sobre una superficie de 16 hectáreas, bien ubicada frente al mar, en la mejor franja de arena de Varadero, muy cerca del Centro de Convenciones Plaza América y del Varadero Golf Club.
La labor de la instalación de Cubanacán trasciende también por su altruismo y solidaridad tanto en el aporte de propinas para el programa de lucha contra el cáncer como en donaciones voluntarias de sangre.
Díaz Hiedra dijo a Trabajadores que lamentan llegar al cumpleaños 31 sin haber conseguido el sueño de ser por 12 años consecutivos Vanguardia Nacional, la máxima categoría emulativa concedida por la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).
“El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Hotelería y el Turismo decidió que ninguno de sus colectivos optara por esa condición, debido a la restricción de los flujos de vacacionistas al país y la afectación que ello provocó».
“Es verdad que fue un año de daños a los planes técnico-económicos por causa de la COVID-19. Sin embargo, en el 2020 realizamos un esfuerzo colosal, acompañado de resultados. La emulación debe parecerse a las circunstancias del momento, y no amarrarse a viejos patrones”, consideró Díaz Hiedra.
“A pesar del disgusto, nuestro ánimo se mantiene bien arriba. Lo importante es continuar dándolo todo por el bien de la economía del país. No fallaremos, como no lo hemos hecho en más de tres décadas. Sol Palmeras seguirá siendo un caballo de mil batallas”.