El 8 de mayo de 1935 caía combatiendo Antonio Guiteras y, con ello, se cerraba el ciclo revolucionario de los años 30, en el cual este joven tuvo un papel relevante.
Guiteras fue un hombre de valor personal, que propugnó la lucha armada como medio de llegar a la revolución y, junto a ello, están sus concepciones programáticas, sus ideas revolucionarias que constituían el motor de su actuación pues, para él, la toma del poder era el escalón para realizar las trasformaciones revolucionarias. Ese era el sentido de su estrategia.
Desde los tiempos de la lucha contra Machado, cuando intentaba desarrollar la insurrección en la zona oriental, ya Guiteras elaboró un Manifiesto donde exponía proyecciones programáticas importantes, que luego trató de aplicar como Secretario de Gobernación, Guerra y Marina durante el Gobierno provisional, entre el 10 de septiembre de 1933 y el 15 de enero de 1934. Sin embargo, la exposición más clara y rotunda la hizo justo después del golpe de Estado que derribó a ese Gobierno, cuando publicó “Septembrismo” y, más aún, con el programa de la organización Joven Cuba que fundó en 1934.
En “Septembrismo”, además de explicar las contradicciones internas del equipo de gobierno que lo debilitaron, expuso el papel que tenía la toma del poder que, en su concepto, solo era importante como “instrumento para hacer la revolución”, de lo contrario no tenía valor; pero también definió la línea esencial de la revolución que propugnaba: “un movimiento, que no fuese anti-imperialista en Cuba, no era una revolución”. Y concluía esa idea diciendo: “se servía al imperialismo yanqui o se servía al pueblo, pues sus intereses eran incompatibles.”
La explicación del fracaso de aquel gobierno provisional como opción revolucionaria la entendió como resultado de su propia composición, pues “una revolución solo puede llevarse adelante cuando está mantenida por un núcleo de hombres identificados ideológicamente, poderoso por su unión inquebrantable, armados por los mismos principios y no por la doctrina de ´todos para destruir´”.
De esa forma, en un artículo publicado en la revista Bohemia y, por tanto, de conocimiento amplio, Guiteras esclarecía su proyección ideológica y las bases de lo que había sido su actuación, pero en el programa de Joven Cuba daría un paso más adelante, pues no solo definía su posición ideológica, sino que proyectaba el programa de la revolución por la que estaba luchando.
En “Los supuestos”, donde exponía las consideraciones acerca de Cuba como nación, plantea como “idea polar”: “Para que la ordenación orgánica de Cuba en Nación alcance estabilidad, precisa que el Estado cubano se estructure conforme a los postulados del Socialismo. Mientras, Cuba estará abierta a la voracidad del imperialismo financiero.”
A continuación presentaba la interrogante acerca de cómo se obtiene esa estructuración, en este caso pasando, a su juicio, del coloniaje de manera directa al nuevo molde. Reconocía que no era fácil.
Para Guiteras, era necesario tener las condiciones objetivas y subjetivas, había que transitar por etapas o “ciclos más o menos breves”, por tanto, el programa que presentaba lo definía como “el trazado de la primera etapa”, que define por el antimperialismo.
El documento, al entrar en la presentación del programa en lo político, lo jurídico, lo social, lo económico, comienza con una afirmación central: “Se suscribe como esencial el credo antimperialista, a cuya luz se desenvolverá una política exterior e interior genuinamente cubana.” Esto implicaba una “independencia integral de su economía”.
Como puede verse, Guiteras fue un hombre de ideas y programa muy claros para la revolución, que trató de hacer desde la promoción de una lucha armada que estaba organizando en el momento de su caída. (Con información del Sitio del PCC)