El más complicado de los brotes de COVID-19 padecido por la provincia de Matanzas, en el occidente cubano, obliga a manejar con guantes de seda un programa de alta sensibilidad como el de la Atención Materno Infantil, conocido como PAMI.
Una de las rutas claves radica en optimizar el trabajo en la red de centros habilitados para el cuidado de las embarazadas, donde se extreman las medidas higiénico-sanitarias, tal y como lo exige el momento, manifiesta la doctora Estrella Echavarría Ortiz, a cargo del PAMI en este territorio.
Según declaraciones al canal local TV Yumurí, en las áreas de atención primaria de Salud, continúan las consultas prenatales, los análisis complementarios y los ultrasonidos, así como también el imprescindible servicio de genética médica, acciones todas llamadas a ejercerse con el máximo de los protocolos aprobados, para evitar contagios del nuevo coronavirus.
Echavarría Ortiz destacó la relevancia de los hogares maternos en la etapa prenatal, sitios donde se debe practicar el aislamiento a las embarazadas de nuevo ingreso, restringir las visitas de familiares y controlar rigurosamente la entrada y salida del personal empleado en estas instituciones sanitarias, medidas que no pueden violarse por el peligro que ello entraña, remarcó.
El protocolo indica el traslado hacia el Hospital Militar Dr. Mario Muñoz Monroy de cualquier gestante con PCR positivo, donde se le garantiza un especialista en Obstetricia y las interconsultas necesarias, explicó la jefa del PAMI en Matanzas.
La facultativa refirió que aunque hasta el momento no tienen conclusiones definitivas sobre las consecuencias de la acción del Sars-Cov 2 sobre el embrión, “sí hemos visto la relación con la restricción del crecimiento fetal”, lo que dice, apuntó, de lo mucho que debemos proteger a las mujeres durante el embarazo.
Echavarría Ortiz expresó la preponderancia del rol de la familia en una fase tan especial como la gestación, proceso que en tiempos de pandemia, insistió, invita al amor demostrado a favor de un nuevo miembro.
“Sabemos que el virus mutó y tiene cepas más agresivas, cuya transmisibilidad es más elevada, así como su letalidad. Las muertes son más frecuentes en este rebrote. Si sabemos que con agua y jabón, el uso del nasobuco bien colocado y el distanciamiento social le hacemos frente a la COVID-19, por qué no hacerlo”, cuestionó.
“No hay razón para que en esta provincia existan hoy más de 100 pacientes contagiados en edades pediátricas. Hemos tenido casos de menores de un año y hasta menores de seis meses. El llamado es a proteger a nuestros niños”, sentenció.
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