Tal vez no se le llamaran así exactamente en aquellos tiempos (Fake news), pero lo que sí fueron colosales mentiras encaminadas a confundir no a los patriotas cubanos sino al mundo y a aquellos que desde Estados Unidos y dentro de la propia Cuba anhelaban recuperar sus privilegios perdidos después del triunfo de la Revolución.
Entre los medios utilizados con esos fines estuvo la radio Swan emisora de la CIA instalada en la isla del mismo nombre perteneciente al territorio de Honduras, por su cercanía a Cuba, que funcionó desde 1960 hasta 1968 para desarrollar la guerra radial contra nuestro país, como parte del primer plan de acciones encubiertas contra la Mayor de las Antillas, aprobado por el presidente Dwight Eisenhower.
Las agencias de prensa estadounidense y otros medios al servicio de la CIA se prestaron a la tergiversación de lo que estaba ocurriendo en esos días de abril.
Veamos uno de los mensajes de Radio Swan en los momentos iniciales de la invasión: “Fuerzas leales al Consejo Revolucionario han realizado un levantamiento general en gran escala en la Isla de Cuba…La milicia en la que Castro depositó su confianza parece presa de pánico…Un ejército de liberación está en la isla de Cuba para combatir con ustedes contra la tiranía comunista del desequilibrado Fidel Castro…Ataque al fidelista dondequiera que pueda hallarse. Escuchen instrucciones por la radio, cúmplanlas y comuniquen sus acciones por radio. ¡A la victoria cubanos!”
Evidentemente ignoraban que desde antes de la agresión, los Órganos de la Seguridad del Estado apoyados por los Comités de Defensa de la Revolución, habían puesto a buen recaudo a todos los elementos que podrían colaborar con el enemigo. Un ejemplo de ello, entre otros muchos, fue la detención de una banda en Pinar del Río dirigida por el estadounidense Howard Frederick Anderson, agente de la CIA y expropietario del parque de diversiones Coney Island, de Marianao. A esa banda se le ocuparon ocho toneladas de armas ocultas en un lugar conocido como Las Furnias en el territorio pinareño, por lo tanto dentro del territorio nacional las posibles acciones de la contrarrevolución en apoyo a la invasión mercenaria habían sido anuladas.
El día 17 un cable de la UPI desde Nueva York señalaba: “Las fuerzas invasoras han ocupado la ciudad de Pinar del Río, capital de la provincia del mismo nombre. La invasión de las provincias de Matanzas y Santiago (¿_?) Está progresando favorablemente.”
La AP desde Miami “informaba” el día 18 disparates como el siguiente: “Fuerzas invasoras aislaron hoy el puerto de Bayamo, en la costa sur de la provincia de Oriente”.
La misma agencia ese día, en un despacho desde México soltaba otro desatino: “El Primer Ministro Fidel Castro se ha dado a la fuga y su hermano Raúl fue capturado. El general Lázaro Cárdenas gestiona el asilo político de Fidel Castro”.
La UPI desde esa nación aseguraba en la misma fecha: “El lujoso Hotel Habana Libre en la capital cubana quedó totalmente destrozado después de un ataque aéreo a La Habana”.
Dos grandes rotativos de Estocolmo, Suecia, Svenska Dagblader y Dagens Nyheter, con enviados especiales en Nueva York se plegaron al aparato de propaganda de la CIA. En la edición del 18 de abril, el segundo publicó en primera página una foto de Raúl Castro con un pie que decía: “Preso de los libertadores. Raúl Castro, hermano del dictador, según se informa ha sido capturado por el ejército libertador que lo tiene ahora como rehén”. Y en otra foto aparecía Miró Cardona con otro pie que señalaba: “Jefe de la revuelta. Se afirma que José Miró Cardona, Presidente del Consejo Revolucionario, llegó a la provincia de Oriente de Cuba”.
Ese mismo rotativo brindaba una visión apocalíptica de la batalla, totalmente falsa, ya que las fuerzas mercenarias fracasaron en sus intentos de crear una cabeza de playa, sin embargo se apelaba a la mentira sin ningún escrúpulo: “Según las fuentes de la AFP las tropas invasoras avanzan en siete columnas, de las cuales tres están en la provincia occidental de Pinar del Río, dos en la provincia de Matanzas, una en la provincia de Oriente, junto a Santiago y otra en la provincia de Las Villas.”
El día 19, desde San Juan Puerto Rico, la AP afirmaba: “Un vocero del Frente Democrático Cubano, anunció esta noche que se ha establecido una nueva avanzada de playa y negó vehementemente los rumores que la contrarrevolución había fracasado”.
Posiblemente cuando se difundía ese despacho ya la derrota de los invasores se había consumado.
Otra falacia que fue desmentida por el propio Fidel fue la referida a la bandera de la brigada invasora 2506 que según la propaganda, le fue entregada al presidente de Estados Unidos John Kennedy, por un mercenario que la conservó.
“(…) la historia de la bandera es una mentira completa, aclaró el Comandante en Jefe. Todo el mundo sabe que estos mercenarios, que vinieron aquí disfrazados de gusanos de seda como dice el pueblo, con uniforme de camuflaje del ejército americano, fueron total y absolutamente copados. Pero no solo eso: todo el mundo sabe que dejaron hasta la ropa interior, y ahora han inventado la historieta de que uno escapó y se llevó la bandera entre la ropa y esa es la bandera que le entregaron a Kennedy”
Girón demuestra que la mentira fue un arma utilizada por el imperio para desvirtuar los hechos, pero no pudo evitar la derrota.