René añora sus años de trabajo en los ferrocarriles, pero siente que lo dio todo; José Agapito aún no sabe como desprenderse de la fábrica de helado y a pesar de los achaques sigue allá trabajando, enseñando a los más jóvenes; Jaime dice que apoyó en la construcción hasta que la vista no le dio más, pero si lo llaman, volverá, como también alega Alberto, quien laboró hasta hace poco en los talleres del sector azucarero.
Ellos son algunos de los hombres que han alcanzado la condición de Héroes del Trabajo de la República de Cuba en territorio camagüeyano y con quienes cada año, como es usual durante los festejos por el primero de mayo, el Comité Provincial de la CTC dialoga y rinde tributo.
Debido a la actual situación epidemiológica las maneras de celebrar el día del proletariado han variado, no obstante el encuentro con personas que tanto han aportado al desarrollo económico no puede faltar, como asegura Yulián León Rondón, secretario general de la organización obrera en la provincia.
Además, como acotó el dirigente, ellos dieron su vida entera al trabajo, dedicaron horas a que los números pactados se cumplan, fueron los primeros en llegar y los últimos en irse; “tanta entrega debe aplaudirse a diario”.
Así que con el cumplimiento de las medidas higiénico-sanitarias una representación de dirigentes obreros intercambió con los héroes.
Para René Guerra Huerta, del sector del transporte, “es tremendo orgullo que en medio de tantas complejidades se preocupen por nosotros y nos den fuerza para seguir apoyando a la Revolución.
“Ser Héroe es el máximo reconocimiento que recibe un trabajador, sobre todo los que durante el período especial sin descansar construimos muchas piezas para ferrocarriles”.
Alberto Torrens Sifonte, del sector azucarero, también fue de los que diseñó miles de motores para combinadas cañeras y otros carros, elementos que fueron muy útiles en años en los que comprar era muy difícil. Hoy, desde casa y jubilado, alega que si requieren de su ayuda, está listo para lo que sea.
José Agapito Pardo Nápoles, del sector de la alimentaria, también se jubiló, pero el amor que siente por su fábrica de helado le impide alejarse mucho del lugar. Quizás por eso aún se encarga de guiar a los jóvenes en el arte de la creación de sabores de helados, porque como explica, “me jubilé, pero no me he retirado y estos reconocimientos me hacen sentir activo”.
Jaime Smith Pride, de la construcción, también agradece estos encuentros y reconocimientos. “Esto me demuestra que los jóvenes están siguiendo el camino que nosotros iniciamos. Eso me alegra y entusiasma. Además, como el año pasado otra vez no podemos salir de casa, por la Covid-19 y desde aquí celebraré el primero de mayo”.