Manifestaciones obreras y estudiantiles. Huelgas. Actos de repudio en diversas ciudades. Mítines y pronunciamientos de organizaciones sindicales y personalidades políticas. Tales hechos hicieron vibrar al mundo hace justamente 60 años como condena a la agresión mercenaria contra Cuba en aquellos días memorables de abril de 1961.
En su obcecado afán de destruir al naciente proceso revolucionario en la Isla, el Gobierno de los Estados Unidos organizó, financió y armó a una brigada invasora que desembarcó por un punto de la Ciénaga de Zapata, en la costa sur de Cuba, el 17 de abril. El propósito clave de la aventura militar era ocupar una porción del territorio para desde ahí establecer un gobierno a las órdenes de Washington, solicitar la intervención directa de las fuerzas armadas norteamericanas y derrocar la Revolución lidereada por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
El intento fue frustrado. La inmediata y decidida respuesta del Ejército Rebelde, las Milicias Nacionales Revolucionarias y la Policía Nacional Revolucionaria derrotó a los invasores en apenas 72 horas, en las arenas de Playa Girón.
Los pueblos del mundo se pusieron de pie frente al intervencionismo imperialista. Así lo reflejaron despachos cablegráficos de la agencia de noticias Prensa Latina (PL).
Desde Bogotá trascendía que “varios estudiantes quedaron heridos y numerosos fueron encarcelados como resultado de la violenta represión policial llevada a cabo anoche para disolver una nueva manifestación efectuada frente al edificio de la embajada norteamericana en protesta ‘por la criminal invasión a Cuba de mercenarios al servicio del imperialismo’.
En Ciudad de Panamá -reportaba PL- “al grito de Viva Cuba y abajo el imperialismo yanqui millares de panameños trataron de cruzar anoche las alambradas que rodean la zona del Canal, pero fueron violentamente rechazados por tropas norteamericanas y de la guardia nacional”.
Otra información reportaba desde Santiago de Chile que las principales actividades del país quedaron paralizadas “con motivo de la huelga nacional decretada por la Central Única de Trabajadores Chilenos (CUTCH), en apoyo a la Revolución Cubana”.
En esa nación suramericana, el entonces senador socialista Salvador Allende, líder del Frente de Acción Popular (FRAP), instó a que “seamos capaces de cambiar la indiferencia que hace presa en muchos gobiernos y en la propia actitud de nuestra Cancillería, para impedir un genocidio contra un pueblo pequeño”.
La inscripción de voluntarios para defender a la Revolución Cubana tuvo lugar en varios países. Una información fechada el 19 de abril en la capital azteca señalaba que “más de mil voluntarios se han comprometido ya formalmente a viajar a Cuba para combatir la agresión”, según anunciaron los estudiantes de la Universidad Nacional.
De otras latitudes también hubo expresiones de respaldo a la Mayor de las Antillas. La agencia noticiosa TASS informaba desde Londres que la Unión Soviética y sus aliados están listos a ayudar a los cubanos en su lucha contra los mercenarios. “Los tahúres del campo imperialista deberían recordar que Cuba no está sola”, subrayaba un comentario periodístico.
Desde Praga, la Federación Sindical Mundial (FSM) emitió una declaración en la que exhortaba “a los trabajadores de todo el mundo a colocarse al lado de la Revolución Cubana y a manifestar, en todas las formas, su respaldo caluroso a sus hermanos de Cuba”.
Ante el parlamento de la India, el primer ministro de esa nación, Jawaharlal Nehru, denunció al Gobierno de los Estados Unidos como responsable de la invasión a Cuba.
Informaciones que reflejaban las manifestaciones de protesta en Chipre, el repudio en Laos a la agresión imperialista y las declaraciones del Gobierno de la República Popular China revelan, entre otros pronunciamientos, las numerosas jornadas que estremecieron al mundo en abril de 1961.
Material Relacionado
