Contundente y rápido como el jab más potente llegó la noticia al mentón de nuestra realidad. El Preolímpico de las Américas de Boxeo, previsto para el próximo mes de mayo en Argentina quedó suspendido al ser víctima de la poderosa pegada de la Covid-19.
Para Cuba el mayor aprieto que deja la suspensión del certamen, es el de no poder aprovechar la ocasión de cruzar guantes con algunos de los rivales que en el actual, y tal vez próximo ciclo olímpico (se incluye Juegos Centroamericanos y del Caribe 2022 y Panamericanos 2023) podrían retar nuestras aspiraciones.
Las máximas autoridades del boxeo nacional tenían pensado asistir a la justa argentina con la intención de capturar los ocho boletos. El fallo del Grupo de Tareas creado por el Comité Olímpico Internacional para dirigir el proceso, en conversaciones con los mandos de este deporte en el continente nos debería asegurar siete pasaportes, algo que aunque parezca no muy lamentable, si podría pesar en Tokio 2020, pues el boxeo es una de las puntas de lanzas más filosas de la delegación criolla. Cualquier ausencia puede pesar y mucho.
El 10 de mayo conoceremos oficialmente quienes estarán en la cita de la capital nipona. El golpe duele. Veremos si lastima un poco más después de esa fecha. La Covid-19 ha sido un rival temible. Su pegada sigue dejando secuelas. Otra vez al deporte cubano le toca levantarse.