En el país hay una situación complicada con la disponibilidad de agua, tanto superficial como subterránea en algunos territorios, aunque no está generalizada, informó Argelio Omar Fernández Richelme, director de Hidrología e Hidrogeología, del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH).
En un encuentro con la prensa, al cual Trabajadores tuvo acceso a los aspectos abordados, el especialista precisó que en estos momentos atravesamos por un escenario del evento La Niña, Oscilación del Sur, el que provoca una disminución de las precipitaciones durante el invierno.
Esa afectación se extenderá hasta mediados del mes de julio, argumentó y advirtió que no comenzará a llover a mediados de abril o en mayo. El período de junio a septiembre es decisivo en el año hidrológico en Cuba, acotó.
“Si sigue saliendo agua de los embalses y no entra llegará un momento en que la situación se hará muy compleja”, manifestó.
De las 16 provincias del país, en cuatro— Pinar del Río, Cienfuegos, Holguín y Santiago de Cuba— el llenado supera el 75 por ciento de las capacidades, pero en La Habana, Mayabeque, Las Tunas y Guantánamo es inferior a la mitad. En La Habana está por debajo del 25 por ciento.
Hay en el país 87 embalses con un nivel inferior el 50 por ciento, y cinco están en nivel muerto por déficit de escurrimiento.
De las 101 principales cuencas monitoreadas, 60 tienden al descenso, 31 a la estabilidad y solamente seis con ligera tendencia al aumento. La de Ariguanabo rompió esta semana el récor de nivel más bajo en los últimos 30 años. De ella se abastece la población de Playa, La Lisa y Marianao.
“Está muy comprometido el abasto de agua a la capital. De las cuatro que suministran, solamente Cuenca Sur está en condiciones normales”, afirmo el directivo del INRH.
La evaluación del índice de sequía hidrológica evidencia que solamente 12 municipios en el país tiene comportamiento moderadamente húmedo, 85 normal y 71 seco. De ellos, hay 34 afectados por la poca precipitación y ocho por la baja disponibilidad en los embalse.
En tal sentido señaló que resulta imprescindible reducir las pérdidas en las redes y hacer un uso eficiente del agua, a través de las prácticas de ahorro y la racionalidad.