Con pasos muy seguros y sin descanso los hombres y mujeres de la ciencia y la medicina cubana ponen su empeño y talento para seguir afianzando todo lo concerniente a la inmunización contra el SARS-CoV-2.
Quizás para muchas personas en el mundo resulten asombrosos los alentadores resultados que viene logrando el país en la obtención de candidatos vacunales, a pesar de ser una nación del Tercer Mundo que desde hace seis decenios afronta el bloqueo económico, comercial y financiero por parte de Estados Unidos, cuya política unilateral se ha recrudecido.
Sin embargo, la pequeña isla avanza en el propósito de proteger a todos sus ciudadanos ante la pandemia y puede convertirse en el primer país latinoamericano y caribeño en producir mediante su propio fármaco contra la COVID-19.
La Mayor de las Antillas posee cinco candidatos vacunales en ensayo clínico en diferentes fases: Soberana 01 y Soberana 02, del Instituto Finlay; Abdala (CIGB-66) y Mambisa (CIGB-669), del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología y Soberana Plus, de reciente incorporación.
[image_carousel source=»media: 258664,258665,258667,258668,258669,258670,258671,258672″ crop=»5:4″ columns=»2″ spacing=»no» align=»left» max_width=»750 px» captions=»yes» dots=»no» link=»image» autoplay=»2″ speed=»slow» image_size=»full»]La confirmación de que la población cubana quedará inmunizada en el transcurso de este año no puede convertirse en argumento para declinar la prevención y el cumplimiento de las normas sanitarias, de distanciamiento y protección ni echar a un lado la percepción de riesgo y también de peligro.
El actuar responsable de cada persona es deber supremo en el combate frontal contra la pandemia.
Siempre será vital recalcar que la disciplina individual y colectiva seguirán siendo antídotos efectivos.