En la occidental provincia de Matanzas impulsan el proyecto Acción global contra el Cambio Climático: Municipalidad de Martí, hacia un modelo de desarrollo sostenible carbón neutro, con el objetivo de poner en práctica un nuevo paradigma de gestión de desarrollo sostenible que permita responder a las necesidades locales en términos de producción de alimentos y energía.
Implementado por el Ministerio de Economía, con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la contribución de la Unión Europea (UE), se crearán capacidades para la producción de biogás y biometano de forma sostenible, refiere la web de Radio 26, emisora provincial de Matanzas.
La iniciativa de cooperación contribuirá a profundizar el rol protagónico de los gobiernos territoriales, especialmente los municipales, en el desarrollo local, en correspondencia con la Constitución de Cuba y la Estrategia Económico-Social para el impulso de la economía, así como también apoyará la implementación del Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático, mediante la Tarea Vida.
La presencia de biodigestores y la experiencia en la puesta en práctica de otros proyectos de colaboración, privilegiaron al matancero municipio Martí a la hora de escogerlo como sede de esta alternativa, que impulsa un modelo de economía circular y está en consonancia con el plan de desarrollo hasta el 2030.
Con un plazo de ejecución de cuatro años, el proyecto dispone de contribuciones externas de cuatro millones 400 mil euros de la UE a través del PNUD, y nacional por más de dos millones de pesos del MEP y del Consejo de Administración de esa localidad matancera.
Según la página de la UE, de esta manera se respaldan los esfuerzos de “Cuba para mitigar y adaptarse a los efectos del cambio climático, fortalecer la resiliencia al clima y enfrentar, en alguna medida, los efectos del bloqueo económico, comercial y financiero contra la Isla”.
En la propia publicación se reconoce a Cuba como abanderada de principios de justicia social y por su vasta experiencia en cooperación internacional, así como un alto nivel de conocimientos e investigación.
La UE y la Mayor de las Antillas estimulan los valores de participación ciudadana con ideas hacia el bien común más que al beneficio individual, la transformación de formas de producción y consumo que respeten los límites planetarios (el más urgente, el de las emisiones de carbono y su efecto en el calentamiento global) y promuevan dinámicas económicas hacia el bienestar en equidad, son algunos de estos retos.