El crecimiento de las donaciones de sangre distingue por estos días el ejemplo altruista de los hombres y mujeres de Varadero, acostumbrados a esta solidaridad en “rojo” que tanto se agradece en tiempos del nuevo coronavirus.
Impulsado por el Sindicato Provincial de Trabajadores de la Hotelería y el Turismo (SPTHT), en el principal balneario cubano cobra fuerza esta muestra de humanismo, uno de los siete frentes incluidos en los movimientos productivos en áreas de influencias para mitigar el impacto del SARS-CoV-2 en la industria de ocio, el sector más afectado en el ámbito global.
Maylén Alemañy Santos, secretaria general del SPTHT, ponderó la disposición de los afiliados en ayudar a salvar vidas con tan vital componente del cuerpo humano. “Todos los días son más los interesados en sumarse a un programa tan sensible”, afirmó.
Según Alemañy Santos, mes por mes acontecen jornadas masivas de donaciones, entre las más recientes jornadas se cuentan las protagonizadas en los hoteles Iberostar Selection Varadero y Royalton Hicacos Varadero, en ocasión del 4 de Marzo, Día del Trabajador de la Hotelería y el Turismo.
Demostrativo del espíritu solidario típico de los cubanos y, por extensión de los directivos y empleados de la Playa Azul, la labor de los donantes trasciende hoy no solo por su común contribución a las transfusiones, sino también por lo que tributan a la fabricación de medicamentos como los utilizados en el tratamiento de pacientes con la COVID-19.
“Se siente mucho orgullo al saber que en cada uno de nosotros está la posibilidad de preservar una vida, de estar al lado del país en su lucha incesante por la recuperación de los enfermos con el nuevo coronavirus”, reconoce Amaurys Echavarría, secretario general del Buró Sindical del Royalton Hicacos.
“Gestos como estos engrandecen la labor sindical y enaltecen la esencia generosa de esta Revolución”, consideró.
Trabajadores de los hoteles de Varadero ayudaron a que Matanzas terminara el 2020 con una cifra de 20 mil 788 donaciones de sangre. Foto: Amaurys Echevarría