El doctor intensivista Leonardo Antonio Álvarez Pérez es un símbolo del apego de las nuevas generaciones de cubanos a los principios del internacionalismo y la solidaridad como digna heredera del legado de los padres fundadores de nuestra nación.
El currículo vitae de este joven villaclareño lo distinguen el valor y la entrega en las condiciones impuestas por la Covid-19 que enfrenta en la sala de terapia intensiva del Centro de Diagnóstico Integral La California Sur, en el Estado Venezolano de Miranda, donde ha desafiado la muerte 11 veces en zona roja desde el 16 de abril del año pasado, cuando llegaron los primeros casos.
“Acá hemos tenido la mayoría de los enfermos graves que se han atendido en este Estado y, en determinadas ocasiones, ha sido muy complejo y hemos tenido que dormir, prácticamente, al lado del paciente, sin podernos mover toda la noche, tanto enfermeros como médicos pendientes en cada momento de sus parámetros vitales”, relata en una de la áreas de la instalación sanitaria.
Leo, como cariñosamente le llaman sus colegas, reconoce los miedos y los peligros que supone el contacto directo con los positivos al Sars-Cov-2, invisible y letal patógeno causante de la pandemia y el estrés psicológico que sufren los ingresados por la ausencia familiar, que ellos tratan de suplir acompañándolos y dispensándoles esmeradas atenciones.
“¿Temor? Lo he sentido siempre, pero es algo que uno va superando con la preparación. Y no nos queda otra alternativa que seguir echando para adelante. Es lo que se nos ha pedido y es lo que necesitan la salud y la vida en riesgos de muchas personas. Y lo seguiremos haciendo”, afirma categórico.
Confiesa que no estaba adaptado a la separación familiar, “ni 15 días apartado de la casa” y la añoranza es otro obstáculo que vence en la cotidianidad motivado por los desafíos de la situación epidemiológica, la voluntad de servicio, y el apoyo colectivo, “somos una brigada de 50 colaboradores y nos ayudamos mutuamente como una gran familia”, destaca.
A pesar de disponer de recursos materiales y humanos imprescindibles dotados de saberes y experiencias adquiridos en más de un año de batalla frente a este mal, a veces la muerte tiñe de luto el recinto, “de todos los casos atendidos lamentamos tres fallecimientos y es algo muy triste, muy duro”.
Agradece la formación de principios recibida como militante de la Unión de Jóvenes Comunista y sistematiza en las aulas de la Escuela Cubana de Medicina, “nos preparan para enfrentar tareas difíciles”, enfatiza.
El doctor Leonardo Antonio Álvarez Pérez es un digno integrante de la Misión Médica Cubana en Venezuela, en la cual el 44 por ciento representa a las nuevas generaciones y remarca:
“La juventud cubana ha tenido –y tiene- muchos retos y siempre hemos logrado sacarlos adelante. Ahora estamos llevando a cabo la tarea que nos tocó y estoy seguro de que nosotros acá y los que están en Cuba seguiremos haciendo lo mismo”, dice y ratifica la decisión de continuar acompañando al pueblo venezolanos en esta lucha diaria por vencer a la Covid-19.
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