Sancti Spíritus.- Guillermo García García fue la sensación de los Alazanes de Granma en esta postemporada. Sus compañeros le han apodado 3G y no solo por las iniciales de su nombre, sino por el bateo desaforado en estos play off, específicamente en semifinal y final, pues en cuartos de final no tuvo ningún turno al bate.
Tras debutar en la 59 Serie con apenas 21 partidos, el zurdo de 20 años tampoco tuvo grandes oportunidades en la clasificatoria de esta campaña con apenas 22 encuentros. Sin embargo, tras la baja por COVID-19 de Guillermo Avilés en semifinal, tomó el madero y compiló en 11 juegos para 487 (39 -19) con 12 anotadas, 17 impulsadas, tres dobles y cuatro jonrones, válido para ser elegido el jugador más valioso del play off.
En tu último turno al bate decidiste el campeonato. ¿Cómo lo asumiste?
La clave fue la concentración. Traté de pegarle a la bola lo más alineado posible y salió la conexión. Para mi es una satisfacción muy grande decidir un campeonato en mi segundo año. Se lo dedico a mi madre fallecida, quien siempre soñó con esto.
¿Cómo te preparaste para los play off después de una discreta fase regular?
Muy bien. Tuvimos una situación de COVID-19 en el equipo, pero los seis días que tuvimos luego de entrenamiento traté de ajustarme al bate como quería por si me daban la posibilidad. Las cosas fueron saliendo y solo estaba enfocado en ayudar al equipo.
Hubo cierta desconfianza inicial de no ponerte contra zurdos
En el primer partido de la final contra Yoanni Yera, el director Carlos Martí habló conmigo y me dijo que no alinearía por esa razón, pero que tendría oportunidades en el resto de los partidos y así lo hizo. Entonces volvió a aprovecharla y ahora es difícil sentarme.
¿En categorías pequeñas no te ponían contra esos pítchers?
Nunca he tenido problemas contra lanzadores zurdos, de hecho si no se juega contra ellos nunca aprenderás a batearles, pues son los que más escasean en la pelota. La decisión de la final la comprendí por disciplina y decisión técnica, pero nunca me había pasado.
¿Has sentido presión al ascenderte al sexto turno?
Para nada, poco a poco me he ido adaptando a cada turno que me dan en la alineación. Tapar a Carlos Benítez y Guillermo Avilés, cuarto y quinto, más que una presión es una motivación.
Tus primeros jonrones en Series Nacionales llegaron en play off. ¿Los saliste a buscar?
Nunca salgo pensando en eso y menos en situaciones como esta. Solo intento tener un buen contacto y en tratar de embasarme o empujar carreras para mi equipo. (Ha remolcado 10 de los 19 corredores encontrados en posición anotadora). No soy héroe de nada, esto es un trabajo de equipo.
Alfredo Despaigne ha hablado contigo. ¿qué te ha dicho?
Me ha dado mucha confianza e insiste que tenga paciencia, que solo le tire a la bola buena fuerte y con swing rápido. Y así lo estoy haciendo. Él es un guía para todos nosotros.
Pocos conocen de tus inicios en la pelota
A la edad de siete años empecé en el beisbolito Manuel Alarcón Reina en Bayamo, Granma. De ahí fui elevando mi calidad hasta pasar por todas las categorías y llegar a la Serie Nacional en el 2019. La posición que más me gusta jugar es primera base y mi referente como bateador siempre ha sido Frederich Cepeda.
Estuviste muy cerca de llegar al béisbol profesional de EE.UU.
Cuando se dio el acuerdo entre la Federación Cubana y la MLB me incluyeron en la lista de talentos que se entregó a las Grandes Ligas y dos equipos estuvieron interesados y hablaron conmigo: los Marlins de Miami y los Indios de Cleveland. Después se rompió el acuerdo y me sentí mal, porque para un pelotero probarse en esa pelota es algo grande.
¿Qué opinas de llamar a jugadores cubanos contratados en otras ligas de manera individual para el torneo preolímpico?
El talento no se debe tronchar, sino darles posibilidades a todos, a los de allá y a los de aquí. Lo importante es armar un equipo mejor y darle la alegría que espera la gente.
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