Los movimientos productivos y políticos expresan una acción necesaria como instrumento de compromiso de los empleados y sus colectivos para dinamizar la producción de bienes y servicios, el ahorro de recursos y elevar la productividad.
Especial relevancia cobran en un contexto de crisis sanitaria provocada por la COVID-19 y su grave repercusión en una economía cubana históricamente dañada por el bloqueo de los Estados Unidos, agresión recrudecida con el mandato del ex presidente Donald Trump.
Muy estable en empresas y sus dependencias asentadas en el polo constructivo de Varadero, los movimientos productivos y políticos se generalizan en Matanzas, repunte que le conviene a un Estado que concentra aquí varios de sus motores claves.
Aracelia Chávez Martínez, integrante del secretariado provincial de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), pondera el auge de la alternativa “que responde a la convocatoria de la máxima dirección del país de crecer con nuestros propios esfuerzos, de sembrar, acopiar, producir, vender y exportar”.
Sin embargo, estima, son muchos aún los desafíos en pos de aprovechar estos movimientos productivos y ponerlos en función de sacar a flote las reservas para cumplir los planes, generar más ingresos y aportar al bienestar de los trabajadores y sus familias.
Es por eso, estimó, que corresponde a las sindicatos en la base exigir su correcta implementación, la extensión a la mayor cantidad de posible de colectivos laborales y la sistemática realización de chequeos emulativos que reconozcan desempeños individuales y colectivos.
“Aunque todavía resta camino por andar en el incremento y alcance de los resultados, reconforta el saldo de Vanguardistas de la Maquinaria y Maestros de la Construcción, ambos del MICONS, sostenibles en el tiempo y con una tácita repercusión en la calidad y avance físico de las obras”, manifestó.
Chávez Martínez también resaltó los 22 movimientos del Sindicato Provincial de Trabajadores Agropecuarios, Forestales y Tabacaleros, en particular el relacionado con el carbón, nombrado Calidad y Eficiencia, que ha permitido elevar la fabricación del llamado oro verde y su colocación en mercados foráneos.
Produce y Aporta, de la empresa Porcina, intenta regularizar la entrega de carne de cerdo a la industria, lo mismo que el de Zafra de la leche persigue igual propósito con el ganado vacuno, en tanto Por la ruta del millón promueve incrementos de los planes de huevos.
Vivir y vencer, en la Alimentaria y la Pesca, así como también otros surgidos en entidades azucareras viven buenos momentos, pero precisan perdurar en el tiempo para que se parezcan a sus verdaderas potencialidades, razonó la dirigente sindical.
Chávez Martínez destacó lo sucedido en sindicatos como el de la Hotelería y el Turismo, trascendente por su trabajo en la zona roja, centros de aislamientos, apoyo a la venta de comida al pueblo, al desarrollo de la agricultura en las instalaciones turísticas, en las habitaciones fuera de orden, las inversiones y las donaciones de sangre.
La miembro del secretariado de la CTC se refirió con optimismo al más reciente de los movimientos políticos surgidos en la provincia, que bajo el nombre de Matanceros en Victoria, materializa con una fraternal emulación mensual el deseo de convertir a este territorio, peso pesado en la estructura económica de la nación, en la provincia más productiva del país.
«…sembrar, acopiar, producir, vender y exportar”… pero no olvidemos que «distribuir» es en estos momentos una parte muy importante mientras transcurran tiempos de carencias, de pandemia, bloqueo incrementado aún bajo la secuela de virulencia imperial trumpista.
Distribuir, distribuir y distribuir con racionalidad, como sabemos hacerlo. Sin ventas al azar, de las cuales, estamos cansados de ver que el mejor partido lo sacan los coleros, quienes favorecen situaciones propicias para transmitir la pandemia del covid-19. Con el azar reverdecen revendedores institucionalizados y no institucionalizados, fomentan dos cepas de compradores: corruptos y necesitados.
La ciencia revolucionaria también es una ciencia válida por su historia de lucha, sacrificio y éxitos. Ha enseñado cómo sobrevivir tantos años de bloqueo y agresiones. La misma hoy nos sugiere que, no, no sigamos experimentando con mercadería y ventas al azar de camiones sin control en las esquinas y parques, venta de contenedores vestidos como cadena de tenduchas paralelas.
Tenemos a diferencia de anteriores respuestas, ahora, la fortaleza de contar con un sistema informático fortalecido, superior al de tiempos pasados; tenemos todavía una herramienta para normar la distribución, probada y perfectible en su utilizacion, la que ha acompañado la vida de la mayoría de los cubanos; tenemos confianza en nuestra capacidad generadora de riquezas histórica, cultural y de servicio al pueblo; tenemos métodos de como ir recuperando artículo por artículo y mercancías que con nuestro trabajo salen paulatinamente fuera del control y de las posiciones reguladas por la libreta de abastecimiento.
Hemos demostrado una y mil veces que vivimos en libertades, con autoestima personal, con seguridad individual, con logros ciudadanos que generan la confianza en nuestra Revolución y sus instituciones.
Hemos fomentado cualidades de confianza en la creatividad individual y colectiva de las personas, en el hombre. Si bien es cierto que en ocasiones estas cualidades han atentado contra la capacidad y necesidad de disciplinarnos más; también es cierto haber demostrado que somos un pueblo al que siempre se puede organizar y que sabe responder al llamado prioritario de nuestra Patria sin pedir nada a cambio. Vivimos con la seguridad que llegarán otros tiempos de normalidad, entre ellos para retomar y perfeccionar a nuestros mercados y tiendas, nuestra gastronomía estatal, colectiva y privada, a la industria procesadora de alimentos, a nuestro servicio y su ética de honores compartidos. Por todo ello llamemos a una mayor «producción»; pero convoquemos a «distribuir» como sabemos hacerlo en tiempos de bloqueo, pandemias y secuelas virales imperiales y trumpistas.
Gracias.