En medio del enfrentamiento a escollos particulares como la degradación de los suelos con afectaciones a la cobertura forestal, o la carencia y dificultades con la disponibilidad y calidad del agua, Guantánamo se empeña en producir alimentos amparada cada vez más en la innovación científica.
Se trata de una directriz de trabajo Gubernamental cuyos resultados para la estrategia adecuada a la provincia constan en el más reciente informe de balance de la Delegación Provincial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), un enunciado sobre el que intercambió recientemente su Delegado, Jesús Martín Pérez, con la prensa.
El investigador argumentó que entre las instituciones del sistema involucradas directamente en esta tarea sobresale el Centro de Desarrollo de la Montaña, que además de producir clones con capacidad adaptativa al cambio climático, también trabaja en plantas biológicas que permitan sustituir paquetes tecnológicos en hortalizas, granos y tubérculos.
De igual manera valoró el quehacer del Centro Meteorológico Provincial encargado de la confección de boletines agrometeorológicos, informes y certificaciones útiles a los procesos agrícolas específicos de cada una de las demarcaciones, sus vulnerabilidades y riesgos.
El directivo destacó además, que las propias estaciones meteorológicas, erigidas en lugares estratégicos para el sector de la agricultura sortean la restricción de movilidad producto de la Covid-19 y acercan de manera inmediata información útil al campesino para el desarrollo de sus cultivos, al igual que partes meteorológicos que tributan a la toma de importantes decisiones territoriales respecto al plan de autoabastecimiento.
En ese sentido es loable el influjo de proyectos como los estudios sobre clima de montañas y el del perfeccionamiento del sistema de vigilancia meteorológica para el litoral norte de Guantánamo, más expuesto a ciclones y severas penetraciones del mar.
La villa del río Guaso posee más del 75, 5 por ciento de su territorio cubierto por montañas y singularidades que van desde la zona más lluviosa a la de menos precipitaciones de Cuba, en tanto enfrenta otras problemáticas como el alto contenido de salinidad de los suelos, la pérdida de la diversidad biológica y el deterioro de las condiciones higiénico-sanitarias y socioeconómicas de los asentamientos humanos.
Mientras unas constituyen impactos del cambio climático (elevación del nivel del mar y sequía) el resto es consecuencia profunda de la cuarentena prolongada y terrible que por un lado ha resuelto el contagio, mas no así las cuestiones de la acumulación y vertimiento de desechos sólidos a ríos y mares.
Si bien este año la ciencia en el país tiene entre sus enfoques fundamentales la producción de alimentos y de energía, ello en medio del azote de un virus mortal para el ser humano ha probado también la valía de la comunidad científica para ofrecer soluciones concretas al plan de soberanía alimentaria y educación nutricional.
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