Ángela Leiva, directora fundadora del Jardín Botánico Nacional, convirtió ese espacio verde habanero en un laboratorio gigante, en su casa, en su vida. La escribidora la vio alegrarse con pequeños brotes de palmas casi extinguidas y angustiarse por los destrozos del ciclón de turno: “Casi nadie piensa en los árboles caídos como víctimas de los huracanes”, confesó en una de aquellas tantas “fases recuperativas” que lidereó. Junto a ella, siempre, su esposo, Alberto Díaz Pérez. Se conocieron cuando el Jardín era apenas un ambicioso proyecto. Juntos lo soñaron, plantaron y vieron crecer.
Ángela plantó una semilla fértil allí y en la botánica cubana, prueba de ello es la publicación aparecida en el muro de Facebook de la institución universitaria que reproducimos a continuación:
“Hoy la serie #RostrosDelJardín rinde homenaje a la Dra. Ángela Teresita Leiva Sánchez, quien fuera directora del Jardín Botánico Nacional. Ángela fue el Rostro del Jardín más conocido en #Cuba y fuera de las fronteras durante más de 45 años.
Cuando a la joven bióloga Ángela, con solo 24 años, le comunicaron que dirigiría el Jardín Botánico Nacional, no solo se sorprendió, sino que con el desenfado característico de esa edad, soltó un “¿¡pero ustedes están locos!?”. «Para mí fue una decisión aplastante, pues solo hacía 24 meses que me había graduado». Desde ese momento y por más de cuatro décadas, Ángela llevó las riendas del principal jardín botánico del país.
En su trayectoria científica la Dra. Ángela Leiva fue Investigadora Titular y Profesora de Mérito de la Universidad de La Habana, Académica de Mérito de la Academia de Ciencias de Cuba y Presidenta del Grupo de Especialistas en Plantas Cubanas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Fue fundadora de la Sociedad Cubana de Ciencias Biológicas, de la Sociedad Cubana de Botánica y presidenta de la Sociedad Cubana para la Protección del Medio Ambiente – ProNATURALEZA. En el ámbito internacional presidió la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Jardines Botánicos y fue vicepresidenta de la Asociación Internacional de Jardines Botánicos.
Ángela es posiblemente, la personalidad más conocida de la Botánica moderna en Cuba, a nivel nacional y mundial. A sus desvelos y aciertos también se debe la creación de la Red Nacional de Jardines Botánicos, que lideró desde sus inicio en 1990. Alguna vez declaró a la prensa: “…los jardines no pueden ser vistos como vitrinas, sino como actores que ayuden en la conservación en la naturaleza, donde se producen de verdad las extinciones”.
“En el jardín me casé, en el #jardín tuve a mi hija, trabajé mucho en la fundación de otros jardines botánicos, aquí se ha desarrollado toda mi vida”. Un día, en una entrevista con Mundo Latino, declaró que cuando terminara su trabajo como directora volvería como jardinera, para disfrutar más de las plantas, de la vida #botánica y dedicarse plenamente a las colecciones del jardín. No por gusto su impronta aún se nota en el jardín y muchos de los trabajadores y colegas que la admiraron todavía sienten su aliento”.
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