El proceso político de información y presentación del Plan de la Economía y el Presupuesto para el actual año en los colectivos laborales es una tarea que tiene, por razones obvias, la mayor prioridad para el movimiento sindical y las administraciones.
La realización de las asambleas con los trabajadores permite no solo relacionar un rosario de cifras, sino también intercambiar opiniones, analizar, explorar posibilidades, comprometer…, es un escenario esencial para asegurar, por un lado, el cumplimiento de lo propuesto y por otro, la utilización adecuada del financiamiento asignado por el Estado, sobre todo para garantizar servicios esenciales.
¿Pero qué ha ocurrido? Tengo en la agenda datos correspondientes a la provincia de Cienfuegos, los cuales ─considero─ no deben diferir mucho de los de los restantes territorios cubanos.
En el más reciente análisis sobre el tema se conoció que de 2 mil 653 asambleas de afiliados previstas para cumplimentar ese propósito, solo se han realizado mil 016, para el 38,3 por ciento. Y ya nos adentramos en la segunda quincena de marzo.
La culpa de tan notable atraso se le achaca en buena medida a la situación impuesta en los colectivos por la pandemia provocada por la COVID-19. Es cierto, porque la crisis epidemiológica ha trastrocado la vida y también, por supuesto, el entorno laboral. Eso ha precisado el ajuste de fechas y la concentración de gran número de esos encuentros en el actual mes de marzo.
Pero la pandemia no es la única responsable. Se han presentado además, dificultades con la desagregación del Plan para las entidades del Comercio, la Gastronomía y los Servicios y el sector de Energía y Minas. De nuevo se choca con la misma piedra, a pesar de indicaciones, exhortaciones, compromisos…
Una sucinta lectura a los planteamientos formulados por los trabajadores evidencia la extraordinaria importancia del proceso y la valía de atender a tiempo dificultades y preocupaciones y no dejarlo para cuando ya el año se adentra casi en su segundo trimestre y se pierdan, prácticamente, tres meses.
Ante esta situación no hay de otra: tratar, a pesar de la acumulación de asambleas pendientes, de mantener la mayor calidad posible en la realización de ellas y no permitir que se extiendan más allá del día 30, como ha insistido Maité Yera Santana, secretaria general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en Cienfuegos.
Asimismo, una vez más, al finalizar el proceso, deberá hacerse un razonamiento profundo y objetivo, porque evidentemente, a la información y presentación del Plan de la Economía y el Presupuesto le sigue faltando fortaleza.