Yaima Puig Meneses / Presidencia de Cuba
Cada persona que en el transcurso del último año ha tenido el más mínimo contacto con la COVID-19 en el país se ha convertido en una prioridad para el Gobierno cubano. Tal propósito no solo ha requerido destinar a su atención cuantiosos recursos, sino también acompañar las diferentes acciones con sensibilidad y oportunidad en las maneras de hacer.
Las elevadas cifras de contagios reportadas desde finales del 2020 han supuesto para la nación nuevos retos, no solo en lo concerniente al quehacer sanitario, además en otros ámbitos donde ha sido necesario redefinir estrategias y buscar alternativas.
Justamente el aislamiento de todos los contactos de los pacientes diagnosticados, los contactos de estos, así como de las personas consideradas sospechosas de portar la enfermedad, es una de las acciones que desde el primer momento de enfrentamiento a la epidemia ha definido la gestión epidemiológica en Cuba y su éxito.
A partir del tercer brote de la epidemia y ante la necesidad de incrementar esas capacidades de ingreso, en todo el territorio nacional se han tenido que acondicionar las más diversas instituciones, lo cual no solo ha implicado un desafío organizativo para el país.
Teniendo en cuenta la rigurosidad que debe primar en la atención que en dichas instalaciones se brinda, durante la reunión del grupo temporal de trabajo para la prevención y control del nuevo coronavirus de este jueves, el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, reflexionó sobre el “buen hacer” que debe definir en todo momento el desempeño en esas instituciones.
La urgencia por crear capacidades de aislamiento –reflexionó- no puede llevar a la violación de los procedimientos diseñados. A las personas que inevitablemente vayan a esos centros, subrayó, tenemos que atenderlos “con derroche de cariño, de buen servicio, de buen trato; nos podrá faltar algún recurso, pero tenemos que tener mucha higiene, mucha limpieza, eso no puede faltar en esos lugares”.
Dando seguimiento a ese tema particular, durante la reunión de trabajo -encabezada por el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez; el Segundo Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, José Ramón Machado Ventura; el vicepresidente Salvador Valdés Mesa; y el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo Hernández-, el ministro de Salud Pública, José Angel Portal Miranda detalló que permanecían ingresados 3 681 casos sospechosos.
Asimismo, refirió que este jueves se reportaron 2 027 nuevas personas aisladas en instituciones de todo el país por ser contactos de pacientes diagnosticados con la enfermedad.
De manera particular sobre los pacientes positivos que permanecen en centros hospitalarios, dijo que tras reportarse 689 casos durante la jornada y concederse 828 altas médicas, disminuyó a 3 596 el número de activos. Hasta la fecha, acotó, han superado la enfermedad el 93,7% de quienes se han contagiado con la COVID-19.
En una jornada donde el 95,5% de los pacientes diagnosticados tuvo como fuente de infección algún caso previamente confirmado, Portal Miranda puntualizó que la mayor dispersión del virus estaba en La Habana y Artemisa, con nuevos enfermos en todos sus municipios.
Precisamente la dispersión del SARS-Cov-2 que se manifiesta en el territorio artemiseño, es lo que hace más compleja allí la actual situación epidemiológica, según definió a través de videoconferencia el gobernador Ricardo Concepción Rodríguez.
El escenario más complicado, abundó, se encuentra en estos momentos en el municipio de San Cristóbal, donde se han reportado casos de forma sistemática en los últimos días. En tanto, a partir del incremento de la restricción de la movilidad de las personas en la zona urbana de la capital provincial, se ha logrado disminuir las cifras de contagios en el municipio cabecera.
Durante el intercambio rindieron cuenta, además, las autoridades gubernamentales de La Habana, Granma y Santiago de Cuba, las tres provincias con mayor cantidad de casos reportados en la jornada con 446, 36 y 47, respectivamente.
Según se dio a conocer, en la capital cubana se habían entregado más de 30 mil frascos de Nasalferón, un fármaco que fortalece el sistema inmunológico y se ha comenzado a aplicar tanto a quienes se encuentran aislados en sus viviendas, como a quienes están en centros institucionales para contactos.
Por otra parte, en Granma las acciones se concentran en el municipio de Bayamo, principal fuente de infección del territorio oriental; en tanto en Santiago de Cuba, se continúa realizando de manera intencionada la pesquisa en el municipio capital, así como en Palma Soriano y Contramaestre, los tres donde se manifiesta la mayor complejidad epidemiológica de la provincia.