Quizás sea una de las enfermedades ginecológicas más controvertidas en los últimos tiempos. En el vasto universo de las afecciones de este tipo, la endometriosis es calificada por algunos expertos como un padecimiento complejo. Sin embargo, otros prefieren evitar las etiquetas que hacen pensar en un mal de pronóstico enmarañado y hasta enigmático, y aseguran que se trata de una dolencia sin mayores complicaciones, siempre que se diagnostique tempranamente y que el tratamiento sea el adecuado.
Ahora bien, ¿qué es la endometriosis? Según explicó el profesor, la enfermedad se origina cuando el cuello del útero está cerrado e impide que la sangre menstrual fluya, lo cual provoca que esta se acumule en el útero y pase por las trompas al abdomen. El endometrio (tejido que recubre el útero por dentro) debe perder su vitalidad antes de ser expulsado, pero casi nunca esto ocurre por completo y quedan células vivas que pueden fijarse en el abdomen y originar lesiones conocidas como focos de endometriosis. En mujeres con un sistema inmune muy fuerte —vale destacar— esta enfermedad no llega a desarrollarse.
Al referirse a las causas de esta afección, el especialista señaló que la estrechez del cuello del útero puede ser congénita, o adquirida debido a traumas, procesos inflamatorios y lesiones con dispositivos intrauterinos o por abortos. La aparición frecuente de este trastorno en el mundo —alertó— se debe precisamente al uso indiscriminado de estos dispositivos, y al creciente índice de abortos y de infecciones de transmisión sexual, todo lo cual desencadena estados desfavorables en el útero y lo hacen más vulnerable.
Molestias en exceso
Si bien años atrás la endometriosis se diagnosticaba a partir de la tercera década de vida, está comprobado que los síntomas, aunque en menor grado, aparecen desde la adolescencia. El síndrome de reversión menstrual por obstrucción cervical, descrito por el profesor, refiere cómo se presenta esta enfermedad.
“La muchacha empieza con dolor y unas pequeñas manchas oscuras, molestias que tienden a aumentar debido a la retención de la sangre dentro del útero. Cuando ese fluido cae en el abdomen, irrita la vejiga (provoca deseos de orinar con frecuencia), el recto (da la impresión de tener necesidad de defecar y ocasiona pujos) y el peritoneo de la pelvis (produce la sensación de estar inflamada en la zona del bajo vientre). Una vez que las contracciones del útero logran vencer la obstrucción del cuello y fluye la sangre, ya de color negro, hacia la vagina y el exterior, la paciente se alivia inmediatamente”.
Siempre la menstruación está acompañada de molestias, pero estas no deben ser excesivas. Durante este período, lo normal es que la adolescente expulse una sangre roja y fluida, sin mucho dolor, afirma el especialista. “Cuando la sangre menstrual no fluye con facilidad, no es fresca, o se acompaña de coágulos hay alguna anormalidad que debe ser valorada de inmediato por un médico, pues si se corrige el trastorno antes de que aparezcan lesiones importantes es más fácil de curar.
“Por eso, si el médico de familia atiende a una paciente con tales síntomas, debe buscar el diagnóstico de la obstrucción cervical para evitar las lesiones avanzadas de la enfermedad, las cuales ocasionan daños irreversibles que afectan la fertilidad”.
Tratamientos, unos y otros
Luego de estudiar durante décadas este asunto y de intercambiar criterios con profesionales de otros países, el reconocido ginecobstetra afirmó que los enigmas asociados por algunos a esta enfermedad sólo buscan justificar tratamientos complejos y costosos. “Ante una obstrucción cervical, la práctica que se sigue en el mundo es indicar medicamentos para inhibir la función del ovario, o sea: evitar la producción de hormonas para que no haya menstruación, y así detener la endometriosis. Tal proceder se emplea aun en jóvenes, lo cual provoca desequilibrio en la mujer, con daños incalculables a largo plazo.
“El tratamiento aplicado por nosotros consiste en curar las lesiones que existan y hacer dilataciones para restaurar la función normal del cuello uterino, pues si se recupera en su fase inicial es de gran efectividad. Si hay alguna afección del endometrio, este se estudia mediante ultrasonido y en caso de que exista algún trastorno funcional u orgánico, debe ser corregido”, expresó finalmente el doctor Rodríguez Hidalgo.
Luego del tratamiento, la joven debe conocer cómo es una menstruación normal, para saber en qué momento puede necesitar una nueva dilatación. Hay pacientes que con la primera solucionan definitivamente la estrechez del cuello uterino, mientras que otras necesitan de varias. Estar atentas a cualquier señal, desde las primeras menstruaciones, es la recomendación final para encontrar una salida a tiempo.
Puede aquí ver la publicación original del 6 de febrero del 2006