Ofrendas florales a nombre de Raúl Castro, Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) y de Miguel Díaz-Canel, presidente de la nación, fueron depositadas hoy, en Santiago de Cuba, por los 63 años de fundado el III frente guerrillero Mario Muñoz Monroy, al mando del Comandante Juan Almeida Bosque.
En el homenaje, efectuado en el Mausoleo a los Héroes y Mártires de esa avanzada rebelde, en la Loma de La Esperanza de la Sierra Maestra, se colocaron también ofrendas de Esteban Lazo, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, y del pueblo de Cuba, confirmó a la Agencia Cubana de Noticias Ibrahim de la Cruz, subdirector de ese complejo histórico.
Con una cifra reducida de participantes, por las restricciones a causa de la COVID-19, el homenaje fue encabezado por los miembros del Comité Central del PCC Lázaro Expósito, presidente del Consejo de Defensa Provincial, Beatriz Johnson, vicepresidenta, otros dirigentes, combatientes de la Revolución y una representación de jóvenes estudiantes y trabajadores, en aquella localidad montañosa.
Estudiantes dedicaron un poema al Comandante Almeida y Yaimelis Semanat, alumna de preuniversitario, en las palabras centrales evocó el significado de la gesta libertaria hasta nuestros días que demuestran la continuidad de la lucha que comenzaron los mambises y defendieron al filo del machete.
Posteriormente, todos rindieron tributo al Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque (1927-2009), fundador y jefe de esa avanzada guerrillera, con rosas rojas y amarillas sobre su tumba y ante la llama eterna que perpetúa la memoria de los rebeldes.
Un minuto de silencio se dedicó en la quietud de esas alturas que protegen un pedazo de la historia, y que los presentes hicieron por los casi 40 mil habitantes del municipio del Tercer Frente que, por las condiciones exigidas ante el coronavirus, limitó la tradicional y patriótica peregrinación desde el poblado de Cruce de los Baños.
En ese mismo lugar sagrado de la Patria descansan los restos de los padres de Almeida y de 74 fundadores y combatientes caídos en diferentes acciones, en sendos nichos de los 238 existentes.
Los jóvenes, agradecidos, reafirmaron el apoyo incondicional al socialismo y a la consigna de Patria o Muerte, pronunciada por el líder de la Revolución, Fidel Castro, en el sepelio de las víctimas por la explosión del vapor La Coubre, en marzo de 1960, y que devino consigna de todo un pueblo.
Ondearon banderas cubanas y del 26 de Julio, en lo alto de la Loma de la Esperanza, junto a carteles simbólicos, consignas y voces que denunciaron a artistas y mercenarios traidores a la Patria, así como el criminal bloqueo económico, financiero y comercial de los Estados Unidos contra la Isla.
La obra construida allí por la Revolución se evidencia en los beneficios de la salud y la educación, inexistentes antes de 1959, consultorios del Médico y la Enfermera de la Familia, escuelas de todas las enseñanzas y otros servicios que inciden en la elevación de la calidad de vida de los montañeses.
El desarrollo económico y social alcanzado contrasta con la realidad que antes del Primero de Enero sufría la población serrana, con elevadísimos índices de analfabetismo, muertes de niños y adultos por enfermedades curables y otros males relacionados con la extrema pobreza del campesinado en la Sierra. (Tomado de ACN)