Apropiarse de argumentos académicos y científicos en el diseño de las acciones que imponen los retos emanados del proceso de actualización del modelo económico y social cubano, ha sido uno de los objetivos de la reanudación ─el 28 de febrero del 2020─ del Consejo Técnico Asesor (CTA) de la CTC.
Según dijo a Trabajadores Dania Leyva Creagh, investigadora del Instituto de Filosofía y presidenta del CTA, con su reactivación se dio cumplimiento a uno de los acuerdos del XXI Congreso de la CTC.
Conforme sus palabras, el CTA “es una plataforma de intercambio entre los expertos, investigadores y especialistas con el actor fundamental: la CTC y sus sindicatos. De ahí que sus funciones sean de asesoría, análisis y realización de propuestas sobre las prioridades de la organización para contribuir al desarrollo económico, social, ambiental, científico y tecnológico del país. Es en esencia un órgano consultivo para realizar estudios sobre temas relacionados con el escenario laboral y las relaciones de trabajo”.
Reconoce que esta forma colectiva de análisis no ha podido desarrollarse en su más amplia expresión, dadas las limitaciones impuestas por la COVID-19 en el año 2020. “No se han concretado estudios ni teóricos ni metodológicos, tampoco discusiones científicas sobre aspectos medulares para la organización, pero existe una actividad de apoyo sobre asuntos puntuales con las esferas económica, ideológica y la de asuntos laborales.
“Por citar un ejemplo, participé en el Grupo Temporal de Trabajo creado por la esfera económica para realizar una valoración de las medidas adoptadas para otorgar mayor facultad y autonomía a la empresa estatal socialista, así como el papel del sindicato en su implementación. Este resultado se tuvo en cuenta para desarrollar acciones de capacitación a los cuadros sindicales de toda la nación”, manifiesta.
Considera que en la nueva etapa de trabajo se ha identificado como necesaria la interacción de los miembros del Consejo con la CTC y sus sindicatos. “Se proyectan espacios de vinculación para realizar análisis y no perder la imprescindible integralidad del enfoque en aquellas cuestiones que constituyen premisas para la transformación que requiere la organización y de esa manera atemperarse al contexto actual”.
A su juicio, el mayor impacto puede estar en un cambio en la concepción de los sindicatos para la actual etapa del desarrollo socialista. “Eso implica, crear y aplicar nuevos mecanismos de funcionamiento (con nuevos métodos y estilos de trabajo) que permitan revitalizar la labor, de manera conjunta con el PCC, el Sistema del Poder Popular, los OACE, lo cual debe ejercerse conscientemente, con intencionalidad política, partiendo de lo que le corresponde a cada uno.
“Esto puede incidir en el liderazgo de la organización y sus dirigentes como elemento esencial en el nuevo modelo de desarrollo socialista Su influencia en la masa trabajadora promoverá sentido de pertenencia e identidad; ejercitar su labor como dirigente político, como educador y movilizador de las grandes masas, cuestión que no solo se logra velando porque no se violen los derechos, sino es vital conjugarlo con la acción de hacer cumplir deberes. Esto exige aplicar métodos y estilos democráticos, participativos, educar con el ejemplo, contar con argumentos para convencer, persuadir, enseñar a los trabajadores como se cumple con la función de ser dueños colectivos de las riquezas, lo que tributará a reforzar el protagonismo de la organización según demanda el contexto actual que vive el país.
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El CTA se constituyó por primera vez el 16 de julio de 1994. Formaron parte de este numerosas instituciones y prestigiosos investigadores de las Ciencias Sociales, quienes realizaron importantes contribuciones a la labor de la CTC. En su seno se debatieron problemáticas del momento como el empleo, estudios del trabajo, la participación y la capacitación; el perfeccionamiento empresarial, la seguridad y salud, entre otros. Con el paso del tiempo este órgano fue quedando inactivo y se decidió reactivarlo.
El Consejo está integrado por:
Presidenta: Dania Leyva Creagh. Investigadora. Instituto de Filosofía.
Vicepresidente: Frank Castro Fiffe. Abogado de la CTC.
Secretaria: Lázara Santiago Rodríguez. Jubilada y asesora.
Miembros:
• Elvis Raúl Rodríguez Rodríguez. Director de investigaciones del Instituto de Historia de Cuba.
• Nidia Sánchez Téllez. Profesora de Economía. Universidad Adulto Mayor.
• Nancy Chacón Arteaga. Investigadora. Universidad de las Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona.
• Alberto Núñez Betancourt. Director Periódico Trabajadores.
• Alina Martinez Triay. Subdirectora del Periódico Trabajadores.
• Angelina Rojas Blaquier. Investigadora del Instituto de Historia de Cuba.
• Luis Enrique Colomé Dagmeses. Director de Comunicación del ICRT.
• Rubiel García González. Asesor del Presidente de la UNEAC.
• Jennifer Batista Torres. Profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana.
• María Caridad Pacheco González. Investigadora del Centro de Estudios Martianos.
• Miguel Lima David. Profesor e Investigador.
• Betsy Anaya Cruz. Centro de Estudios de la Economía Cubana.
• Alberto García Tosca. Especialista superior de la dirección de informática del Ministerio de Comunicaciones.
• Javier Garciandia Pérez. Vicepresidente del OSDE Construcción y Montaje.
• Rubén Suárez Fernández. Consejo Editorial de la Revista CTC.
• Carola Salas Couce. Centro de Estudios de Economía Internacional.
• Humberto Juan Fabián Suárez. Asociación de Comunicadores Sociales.
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