El estelar lanzador Gregorio Américo Pérez Valdés, ex integrante del equipo Cuba, falleció hoy a los 79 años, en su natal municipio de Amancio, en el sur de Las Tunas.
La página digital del semanario 26 informa que el pítcher, al que el narrador deportivo Bobby Salamanca inmortalizara con el mote de “Mano Negra”, fue uno de los mejores lanzadores del béisbol cubano entre la década de los años 60 y principios de los 80 del pasado siglo.
Su destacada carrera –se precisa– lo llevó a ser figura de equipos como Granjeros, de Camagüey, antes de que la división político-administrativa lo vistiera con los colores de Las Tunas, Oriente, Mineros o Cafetaleros.
Gregorio Pérez nació en 1941, en el poblado de Guayabal, perteneciente al hoy municipio de Amancio. Con la camiseta de Las Tunas sobrepasó la marca de 100 victorias, a pesar de trabajar varios años con un elenco por entonces sotanero.
En 15 temporadas dejó balance de 110-107, con 11 salvamentos y números asombrosos en materia de efectividad: apenas 240 de average contrario, 2,18 como promedio de carreras limpias y Whip de 1,11.
Poseedor de una recta que superaba las 90 millas por hora, de un control envidiable y de una de las sinkers más dominantes de la historia de la pelota nacional, el espigado serpentinero era un rival temible encima del box.
Ocupa el noveno puesto entre los serpentineros más efectivos en series nacionales (2,18) y posee la tercera mejor frecuencia de boletos con al menos 750 entradas lanzadas (1,82), solo por detrás del camagüeyano Luis Campillo (1,37) y del pinareño Orestes González (1,81).
Gregorio integró algunas selecciones nacionales, como la que consiguió el título en los Juegos Centroamericanos de Panamá 1970. Allí lanzó un choque de apenas nueve bolas y 77 envíos en total, para completar una apertura con solamente un hit ante Antillas Holandesas.
Además lideró la IX Serie Nacional, con 12 victorias, y la Primera Serie Selectiva, con 1,04 limpias por encuentro.
(Tomado de ACN)
