No existe un detalle en Yailén López Anaya que no denote nobleza, sencillez y laboriosidad. Sus gestos, y las ideas que expresa con palabras, así la descubren. Al llegar a ella se comprende por qué, a sus 27 años, tiene una historia que puede ser única en el país.
Vive en Cabezada de Julia, pequeña comunidad bayamesa que depende, sobre todo, de la agricultura, ámbito al que había dedicado todos sus esfuerzos.
“No tenemos aquí muchas opciones de empleo, pero necesitaba algo más que no fuera solamente ayudar a mi papá en su parcela de tierra con las siembras y la cría de animales. Soy madre soltera de dos niños y por esa razón me animé a solicitar una plaza que me permitiera, por primera vez, trabajar también en el sector estatal.
“La propuesta que me tenían era como carretonera para la recogida de desechos sólidos en el mismo lugar donde vivo. Acepté inmediatamente y eso sorprendió a todos, por ser mujer y por mi juventud. Muchas personas, incluso, intentaron desalentarme, pero yo, desde el inicio, mantuve firme esa decisión e hice con rapidez el procedimiento requerido. La familia puso a mi disposición una carreta y un caballo, y entonces comencé”.
La novedad de ver a esta resuelta muchacha realizando su labor en las calles de Julia fue motivo de admiración por parte de los vecinos; aunque no faltaron detractores.
“Dijeron que no aguantaría un mes, por el sacrificio que lleva esta actividad y porque es sistemática. Tiene un horario que debe ser inalterable. Es cierto que para una mujer puede resultar muy duro; sin embargo, sigo haciendo día a día mi trabajo.
“La satisfacción que siento es que ha sido como un reto personal. Salgo con mi frente en alto y no me avergüenzo de lo que hago. Me complace ser carretonera por el servicio que presto a la sociedad, pues antes la gente quemaba la basura en sus casas o las tiraba al camino. Esto no solo afectaba al medio ambiente, sino que creaba constantes conflictos entre los vecinos”.
Además de la remuneración que esperaba, Yailén ha recibido numerosos reconocimientos por su eficiencia, los que la incentivan a continuar su quehacer con orgullo y buen ánimo, según se empeña en reafirmar.
Un sector que es más que limpieza
Otros muchos esfuerzos están en manos de hombres y mujeres que, en su mayoría, permanecen en el anonimato, y únicamente sabemos de ellos cuando amanece y encontramos las calles limpias o el ornato público reverdecido.
Gracias al quehacer mancomunado de estos afiliados, Granma muestra sus mejores galas hoy 15 de febrero, Día del Trabajador de Servicios Comunales, al ser reconocida como la provincia más destacada del país.
De acuerdo con Carlos Arbey González Arias, subdirector general de la dirección provincial del sector, el 2020 fue un período de superación, pese a las limitaciones materiales y al contexto sanitario que aún persiste.
“Se logró integralidad en los resultados en cuanto a la recogida de desechos sólidos, tratamiento salubre, producción de flores y arreglos florales en sus distintas gamas.
“Los 401 carretoneros que se han sumado gradualmente a la recogida de desechos sólidos contribuyeron a paliar la situación que impone el bloqueo económico con los portadores energéticos. El ahorro de unos 128 mil 300 litros de combustible diésel es el saldo favorable que aportaron.
“La atención esmerada a las áreas verdes de las ciudades, la siembra intensiva de posturas de plantas ornamentales en los viveros, la reanimación de cerca de una veintena de parques en la provincia y el cumplimiento de los indicadores financieros, han sido méritos reconocidos.
“Bayamo es la ciudad más limpia de Cuba, dicen muchos, y nos satisface. Los más de mil obreros que se encargan de mantenerla así son los verdaderos protagonistas”, aseveró Carlos Arbey.
Por su parte Yaíma Rodríguez Pérez, secretaria general del Sindicato de Trabajadores de la Administración Pública en el territorio, destacó que el principal aporte del movimiento sindical ha sido la permanente tarea de afiliar a quienes prestan sus servicios por cuenta propia, como los carretoneros.